RONDA 8.6 DEL ISLEÑO CONCURSO DE MICRORRELATOS DE FOROAZKENA

Zzzz escribió:A mí también me encanta tu show, Hank.

Esmeralda escribió:No reclutáis nada. Yo os traje a Montenegro, que parece nacido en este hilo

Esmeralda escribió:No reclutáis nada. Yo os traje a Montenegro, que parece nacido en este hilo

Zzzz escribió:Yo se lo dije a un par de amigos con mucho potencial de otros foros. El caso es que se lo comenté hace dos o tres semanas y se ve que vieron el percal y salieron como alma que lleva el diablo. Demasiado que no nos denunciaron a la Guardia Civil.

salakov escribió:Y digo más: esta ronda tendremos más de 20 relatos.

salakov escribió:Yo he traído a mogollones de gente, soy el gran captador.

Esmeralda escribió:

salakov escribió:Yo he traído a mogollones de gente, soy el gran captador.

Cierto

Pero también ahuyentas que flipas, igual andas en números negativos

Esmeralda escribió:

Zzzz escribió:Yo se lo dije a un par de amigos con mucho potencial de otros foros. El caso es que se lo comenté hace dos o tres semanas y se ve que vieron el percal y salieron como alma que lleva el diablo. Demasiado que no nos denunciaron a la Guardia Civil.

De forocoches eran?

RegSound escribió:

Esmeralda escribió:

salakov escribió:Yo he traído a mogollones de gente, soy el gran captador.

Cierto

Pero también ahuyentas que flipas, igual andas en números negativos

Zzzz escribió:

Esmeralda escribió:

Zzzz escribió:Yo se lo dije a un par de amigos con mucho potencial de otros foros. El caso es que se lo comenté hace dos o tres semanas y se ve que vieron el percal y salieron como alma que lleva el diablo. Demasiado que no nos denunciaron a la Guardia Civil.

De forocoches eran?

Son de un foro de relojes y de otro de perfumes y productos de afeitado. Foros dignos de un gentleman como yo.

Pensad la imaginación que tienen que tener para haber escrito más de diez mil mensajes sobre esos dos asuntos.

Eduardo Montenegro escribió:

salakov escribió:Y digo más: esta ronda tendremos más de 20 relatos.

Venga, de momento, un FdC (por razones obvias):

La isla, mi tesoro

Agarrado a unos tablones, llegué a la Isla de los Relatos, esta nuestra isla. Dice Esmeralda que me trajo ella, y es verdad que alumbró el faro preciso en el mejor momento posible. Yo sólo recuerdo que estaba casi ahogado, abandonado en un mar de metal que me aplastaba con sus envites, a la deriva tras veinte años de navegar con empleados, clientes, proveedores, máquinas, líneas de crédito inalcanzables como la del horizonte; mareado por los vaivenes de olas de ansiolíticos; quemado por rayos de jornadas eternas, de sol a sol; perdido en un océano que no era el mío, donde navegaba, laboraba y bregaba sólo por sobrevivir, olvidando vivir; sediento de agua calma y dulce; hambriento de barquillos con miel, harto de tragar sapos y vomitar culebras. Desorientado, casi agónico, hice pie en esta isla y vi un precioso amanecer; había encontrado mi sitio, el viento se llevaba los restos de un naufragio pasado, superado. Había sobrevivido.

La vida en la isla era maravillosa, un remanso de paz, amaneceres y ocasos llenos de luz, suave brisa en la cara, calor, felicidad, risa.

Pronto vino el tsunami, terrible terremoto que lo destruyó todo, desde los cimientos, el derrumbe fue total, me quedó solamente un muro joven en el que poder apoyarme, el resto se hizo añicos, escombro que casi me sepulta. La niebla parecía haberse instalado a mi alrededor, ya ni veía la isla, arrastraba mis pies por ella sin un motivo para dar un paso más, sólo la inercia me empujaba a recorrerla, todo era bruma, todo orbayu.

Poco a poco, pero también de repente, volvió la claridad, la luz, nuevos aires, nuevas corrientes, y también las fuerzas para recolocar las piedras derruidas, para edificar nuevas fortalezas, con nuevos cimientos y la firmeza de mi joven muro maestro en torno al que lo construyo ahora todo, iluminado por la luz de un faro que brilla en la oscuridad, por la magia del rayo verde, por auroras boreales y polvo de estrellas; y edifico siempre en mi isla, nuestra isla, donde sé que nunca estoy solo, que no puedo estar en mejor compañía. Gracias, isleños.

salakov escribió:

Zzzz escribió:

Esmeralda escribió:

Zzzz escribió:Yo se lo dije a un par de amigos con mucho potencial de otros foros. El caso es que se lo comenté hace dos o tres semanas y se ve que vieron el percal y salieron como alma que lleva el diablo. Demasiado que no nos denunciaron a la Guardia Civil.

De forocoches eran?

Son de un foro de relojes y de otro de perfumes y productos de afeitado. Foros dignos de un gentleman como yo.

Pensad la imaginación que tienen que tener para haber escrito más de diez mil mensajes sobre esos dos asuntos.

Los foros de cruising cada vez los enmascaráis mejor, copón.

Eduardo Montenegro escribió:

salakov escribió:Y digo más: esta ronda tendremos más de 20 relatos.

Venga, de momento, un FdC (por razones obvias):

La isla, mi tesoro

Agarrado a unos tablones, llegué a la Isla de los Relatos, esta nuestra isla. Dice Esmeralda que me trajo ella, y es verdad que alumbró el faro preciso en el mejor momento posible. Yo sólo recuerdo que estaba casi ahogado, abandonado en un mar de metal que me aplastaba con sus envites, a la deriva tras veinte años de navegar con empleados, clientes, proveedores, máquinas, líneas de crédito inalcanzables como la del horizonte; mareado por los vaivenes de olas de ansiolíticos; quemado por rayos de jornadas eternas, de sol a sol; perdido en un océano que no era el mío, donde navegaba, laboraba y bregaba sólo por sobrevivir, olvidando vivir; sediento de agua calma y dulce; hambriento de barquillos con miel, harto de tragar sapos y vomitar culebras. Desorientado, casi agónico, hice pie en esta isla y vi un precioso amanecer; había encontrado mi sitio, el viento se llevaba los restos de un naufragio pasado, superado. Había sobrevivido.

La vida en la isla era maravillosa, un remanso de paz, amaneceres y ocasos llenos de luz, suave brisa en la cara, calor, felicidad, risa.

Pronto vino el tsunami, terrible terremoto que lo destruyó todo, desde los cimientos, el derrumbe fue total, me quedó solamente un muro joven en el que poder apoyarme, el resto se hizo añicos, escombro que casi me sepulta. La niebla parecía haberse instalado a mi alrededor, ya ni veía la isla, arrastraba mis pies por ella sin un motivo para dar un paso más, sólo la inercia me empujaba a recorrerla, todo era bruma, todo orbayu.

Poco a poco, pero también de repente, volvió la claridad, la luz, nuevos aires, nuevas corrientes, y también las fuerzas para recolocar las piedras derruidas, para edificar nuevas fortalezas, con nuevos cimientos y la firmeza de mi joven muro maestro en torno al que lo construyo ahora todo, iluminado por la luz de un faro que brilla en la oscuridad, por la magia del rayo verde, por auroras boreales y polvo de estrellas; y edifico siempre en mi isla, nuestra isla, donde sé que nunca estoy solo, que no puedo estar en mejor compañía. Gracias, isleños.

Zzzz escribió:Muy bonito, Edu. A veces hay que buscar insospechados puntos de apoyo para moverse. Pero siempre tienes que poner tú la palanca, y ese mérito es sólo tuyo.

Ahora, sí eso, nos cuentas cómo de grande tienes la palanca, para aligerar un poco la conversación.

Zzzz escribió:Muy bonito, Edu. A veces hay que buscar insospechados puntos de apoyo para moverse. Pero siempre tienes que poner tú la palanca, y ese mérito es sólo tuyo.

Ahora, sí eso, nos cuentas cómo de grande tienes la palanca, para aligerar un poco la conversación.

salakov escribió:Yo me sé de memoria “Me llaman mala persona”.

Autista escribió:

Zzzz escribió:Muy bonito, Edu. A veces hay que buscar insospechados puntos de apoyo para moverse. Pero siempre tienes que poner tú la palanca, y ese mérito es sólo tuyo.

Ahora, sí eso, nos cuentas cómo de grande tienes la palanca, para aligerar un poco la conversación.

Tiene una palanca enorme, sentí el roce cuando nos abrazamos tras los autos de choque. Edu es un grande en todos los sentidos.

salakov escribió:

RegSound escribió:

Esmeralda escribió:

salakov escribió:Yo he traído a mogollones de gente, soy el gran captador.

Cierto

Pero también ahuyentas que flipas, igual andas en números negativos

Las gallinas que entran por las que salen.

Stoneheart escribió:

Eduardo Montenegro escribió:

salakov escribió:Y digo más: esta ronda tendremos más de 20 relatos.

Venga, de momento, un FdC (por razones obvias):

La isla, mi tesoro

Agarrado a unos tablones, llegué a la Isla de los Relatos, esta nuestra isla. Dice Esmeralda que me trajo ella, y es verdad que alumbró el faro preciso en el mejor momento posible. Yo sólo recuerdo que estaba casi ahogado, abandonado en un mar de metal que me aplastaba con sus envites, a la deriva tras veinte años de navegar con empleados, clientes, proveedores, máquinas, líneas de crédito inalcanzables como la del horizonte; mareado por los vaivenes de olas de ansiolíticos; quemado por rayos de jornadas eternas, de sol a sol; perdido en un océano que no era el mío, donde navegaba, laboraba y bregaba sólo por sobrevivir, olvidando vivir; sediento de agua calma y dulce; hambriento de barquillos con miel, harto de tragar sapos y vomitar culebras. Desorientado, casi agónico, hice pie en esta isla y vi un precioso amanecer; había encontrado mi sitio, el viento se llevaba los restos de un naufragio pasado, superado. Había sobrevivido.

La vida en la isla era maravillosa, un remanso de paz, amaneceres y ocasos llenos de luz, suave brisa en la cara, calor, felicidad, risa.

Pronto vino el tsunami, terrible terremoto que lo destruyó todo, desde los cimientos, el derrumbe fue total, me quedó solamente un muro joven en el que poder apoyarme, el resto se hizo añicos, escombro que casi me sepulta. La niebla parecía haberse instalado a mi alrededor, ya ni veía la isla, arrastraba mis pies por ella sin un motivo para dar un paso más, sólo la inercia me empujaba a recorrerla, todo era bruma, todo orbayu.

Poco a poco, pero también de repente, volvió la claridad, la luz, nuevos aires, nuevas corrientes, y también las fuerzas para recolocar las piedras derruidas, para edificar nuevas fortalezas, con nuevos cimientos y la firmeza de mi joven muro maestro en torno al que lo construyo ahora todo, iluminado por la luz de un faro que brilla en la oscuridad, por la magia del rayo verde, por auroras boreales y polvo de estrellas; y edifico siempre en mi isla, nuestra isla, donde sé que nunca estoy solo, que no puedo estar en mejor compañía. Gracias, isleños.

Eduardo Montenegro escribió:

salakov escribió:Y digo más: esta ronda tendremos más de 20 relatos.

Venga, de momento, un FdC (por razones obvias):

La isla, mi tesoro

Agarrado a unos tablones, llegué a la Isla de los Relatos, esta nuestra isla. Dice Esmeralda que me trajo ella, y es verdad que alumbró el faro preciso en el mejor momento posible. Yo sólo recuerdo que estaba casi ahogado, abandonado en un mar de metal que me aplastaba con sus envites, a la deriva tras veinte años de navegar con empleados, clientes, proveedores, máquinas, líneas de crédito inalcanzables como la del horizonte; mareado por los vaivenes de olas de ansiolíticos; quemado por rayos de jornadas eternas, de sol a sol; perdido en un océano que no era el mío, donde navegaba, laboraba y bregaba sólo por sobrevivir, olvidando vivir; sediento de agua calma y dulce; hambriento de barquillos con miel, harto de tragar sapos y vomitar culebras. Desorientado, casi agónico, hice pie en esta isla y vi un precioso amanecer; había encontrado mi sitio, el viento se llevaba los restos de un naufragio pasado, superado. Había sobrevivido.

La vida en la isla era maravillosa, un remanso de paz, amaneceres y ocasos llenos de luz, suave brisa en la cara, calor, felicidad, risa.

Pronto vino el tsunami, terrible terremoto que lo destruyó todo, desde los cimientos, el derrumbe fue total, me quedó solamente un muro joven en el que poder apoyarme, el resto se hizo añicos, escombro que casi me sepulta. La niebla parecía haberse instalado a mi alrededor, ya ni veía la isla, arrastraba mis pies por ella sin un motivo para dar un paso más, sólo la inercia me empujaba a recorrerla, todo era bruma, todo orbayu.

Poco a poco, pero también de repente, volvió la claridad, la luz, nuevos aires, nuevas corrientes, y también las fuerzas para recolocar las piedras derruidas, para edificar nuevas fortalezas, con nuevos cimientos y la firmeza de mi joven muro maestro en torno al que lo construyo ahora todo, iluminado por la luz de un faro que brilla en la oscuridad, por la magia del rayo verde, por auroras boreales y polvo de estrellas; y edifico siempre en mi isla, nuestra isla, donde sé que nunca estoy solo, que no puedo estar en mejor compañía. Gracias, isleños.

Elsanbenito escribió:

salakov escribió:

RegSound escribió:

Esmeralda escribió:

salakov escribió:Yo he traído a mogollones de gente, soy el gran captador.

Cierto

Pero también ahuyentas que flipas, igual andas en números negativos

Las gallinas que entran por las que salen.

He visto rondas de 36 relatos.

Esmeralda escribió:No reclutáis nada. Yo os traje a Montenegro, que parece nacido en este hilo

Esmeralda escribió:

salakov escribió:Yo he traído a mogollones de gente, soy el gran captador.

Cierto

Pero también ahuyentas que flipas, igual andas en números negativos

salakov escribió:18.- Inclemencias del tiempo

Agarrada a unos tablones, Georgina llegó a la isla a las tres en punto de la tarde. Se recuperaba en la orilla cuando fue bienvenida por un comité de pájaros mecánicos: «Hemos saboteado los relojes ¡Somos proscritos! Así es, señora mía». Georgina recordó entonces a su médico y aquello de evitar las cenas copiosas —y el picante ( y las drogas y el alcohol )—.
En volandas, la llevaron hasta la cima del volcán del Tiempo; allí gritaban los pájaros metálicos:

—«¡Detestamos la puntualidad!»
—«¡Y a los turistas!».
—«¡A los comisionistas!».
—«¡A los detallistas!».
—«¡A los perfeccionistas!»
—«¡A los dietistas!»

—«¡A LOS SOFISTAS!»
—«¡¡¡A esos sobre todo!!!».

Georgina ajustó su burkini antes de arrojarse al burbujeante sopicaldo de eones. Se vio entre Zeus y King Kong para luego ser esputada de regreso al yate que seguía paciendo en el Egeo, como antes de la fatal tempestad. Su marido la miró desolado.


.

salakov escribió:19.- Desaparecieron

Agarrado a unos tablones, llegué a la isla. Extenuado, me tumbé sobre la arena de la playa. Al de un rato, aparecieron 2 niñas de unos 10 años:

-Hola, ¿estás bien? Ven, te llevaremos al pueblo.

Seguí a las niñas, caminando penosamente. Me condujeron a la cantina, donde la tabernera me dio agua, sopa caliente y pan. Una de las niñas trajo a la doctora, que curó mis heridas y me dio un ungüento para las quemaduras del sol. Apareció un grupo de mujeres y les expliqué que había naufragado. La mujer mayor se dirigió a mí:

-Yo soy la alcaldesa de Cinesia.

-¿Estoy en Cinesia? Vuestros pescadores solían venir a nuestro puerto a vender bacalao y comprar trigo, pero hace años que dejaron de visitarnos.

-Todo los hombres de nuestra isla eran pescadores, pero desaparecieron en un temporal hace 9 años. Nunca volvieron a su hogar…
Igual que tú.


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m señor escribió:

Stoneheart escribió:

Eduardo Montenegro escribió:

salakov escribió:Y digo más: esta ronda tendremos más de 20 relatos.

Venga, de momento, un FdC (por razones obvias):

La isla, mi tesoro

Agarrado a unos tablones, llegué a la Isla de los Relatos, esta nuestra isla. Dice Esmeralda que me trajo ella, y es verdad que alumbró el faro preciso en el mejor momento posible. Yo sólo recuerdo que estaba casi ahogado, abandonado en un mar de metal que me aplastaba con sus envites, a la deriva tras veinte años de navegar con empleados, clientes, proveedores, máquinas, líneas de crédito inalcanzables como la del horizonte; mareado por los vaivenes de olas de ansiolíticos; quemado por rayos de jornadas eternas, de sol a sol; perdido en un océano que no era el mío, donde navegaba, laboraba y bregaba sólo por sobrevivir, olvidando vivir; sediento de agua calma y dulce; hambriento de barquillos con miel, harto de tragar sapos y vomitar culebras. Desorientado, casi agónico, hice pie en esta isla y vi un precioso amanecer; había encontrado mi sitio, el viento se llevaba los restos de un naufragio pasado, superado. Había sobrevivido.

La vida en la isla era maravillosa, un remanso de paz, amaneceres y ocasos llenos de luz, suave brisa en la cara, calor, felicidad, risa.

Pronto vino el tsunami, terrible terremoto que lo destruyó todo, desde los cimientos, el derrumbe fue total, me quedó solamente un muro joven en el que poder apoyarme, el resto se hizo añicos, escombro que casi me sepulta. La niebla parecía haberse instalado a mi alrededor, ya ni veía la isla, arrastraba mis pies por ella sin un motivo para dar un paso más, sólo la inercia me empujaba a recorrerla, todo era bruma, todo orbayu.

Poco a poco, pero también de repente, volvió la claridad, la luz, nuevos aires, nuevas corrientes, y también las fuerzas para recolocar las piedras derruidas, para edificar nuevas fortalezas, con nuevos cimientos y la firmeza de mi joven muro maestro en torno al que lo construyo ahora todo, iluminado por la luz de un faro que brilla en la oscuridad, por la magia del rayo verde, por auroras boreales y polvo de estrellas; y edifico siempre en mi isla, nuestra isla, donde sé que nunca estoy solo, que no puedo estar en mejor compañía. Gracias, isleños.

Mía tres puntos para ti edu.

m

salakov escribió:20.- El náufrago

Agarrado a unos tablones, llegué a la isla. Casi no había espacio en la playa para llegar al paseo marítimo, la gente me miraba raro detrás de sus bocadillos de tortilla y filetes empanados. Nadie me ofreció nada, nadie me preguntó cómo estaba.
El socorrista no me quitaba ojo, pero tampoco bajó de su silla.
Llegué al puerto y le compré otro barco pequeño a un desagradable marinero que hacía semanas que no se bañaba, arreglaría los papeles me dijo, no soportaba a la gente.
No me preguntéis qué hice para conseguir el barco.


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salakov escribió:Tengo un relato en bandeja.

Dejo recepción abierta hasta las 9:00 h para los tardanos. Vosotros sabéis quiénes sois.