RONDA 8.6 DEL ISLEÑO CONCURSO DE MICRORRELATOS DE FOROAZKENA

salakov escribió:8.- ¿romuH?

Agarrado a unos tablones, llegué a una isla. Tras reponerme de la travesía por el mar pude, al fin, alzar la vista. Entonces, vi un gran letrero que, en un primer momento, cegado por la luz del sol, no pude distinguir con claridad si ponía isla del Amor o del Humor. Pensé que, en cualquier caso, lo pasaría bien. Crucé los dedos para que fuese del amor y que una tribu de bellas amazonas me tomase como esclavo para cumplir todos sus deseos sexuales. Las dudas se despejaron cuando pude oír con claridad:
-¿Es el enemigo?, que se ponga.
-No, Miguel. Soy Encanna de noche.
-¡Fistro! Por la gloria de tu madre, jarl. ¡Ven aquí!
-¡Chi cheñó!
A lo lejos vi cómo una horda de cómicos aparecía desde la vegetación a mi encuentro, uno de ellos dijo: “¡Es el de hoy no, mañaaaana!” ¡Dios mío, yo era José Mota! ¡Nooooooo!


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salakov escribió:Toda mi fe en que el noveno te va a gustar.

salakov escribió:Y helo aquí.

salakov escribió:Y helo aquí.

salakov escribió:9.- Tinta vieja

Agarrado a unos tablones, llegué a la isla, conseguí trepar por sus rocas y hallé refugio en una pequeña cueva del acantilado. Fui el único superviviente del naufragio, desde allí vi cómo los insulares macheteaban sin piedad a mis compañeros y alineaban sus cuerpos en la playa junto a los ahogados que el mar iba devolviendo; luego registraron sus ropas, despojándolos de zapatos, monedas y joyas. Seccionaron dedos para rapiñar anillos, arrancaron dientes de oro a cuchilladas. Llevo dos semanas escondido, pescando en la oscuridad. En las noches de tormenta encienden hogueras para atraer barcos desorientados, hacerlos encallar y saquearlos. Estas son las coordenadas aproximadas, ruego a quien lea esto acuda urgente a mi rescate. […]

Sin acabar de leer el mensaje, Francis Caracortada estrelló con rabia la botella contra una roca de la caleta.

—Tenemos un maldito parásito literato, registrad la isla.

Ya sólo encontraron huesos, pluma y tintero.


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salakov escribió:¿Qué hay decena?

salakov escribió:10.- Al final de la escapada

Agarrado a unos tablones, llegué a la isla, después de flotar a la deriva por un mar en calma. Dos días atrás, me hallaba viajando a bordo de un crucero. No sé cómo dejé convencerme, pues ya los cruceros me parecían monstruosas urbanizaciones de vecinos ruidosos, en alta mar y sin escapatoria. No me equivoqué, pero soporté estoicamente esa presencia multitudinaria, como de hora punta en un hormiguero. Lo peor llegó cuando los animadores se empeñaron en que bailáramos sobre la cubierta al ritmo de reguetón. Muchos, sobre todo aquellos que no se resignaban a las limitaciones que impone la edad, empezaron a bailar como marionetas manejadas por un titiritero incompetente, y el crujir de articulaciones y el temblor de las dentaduras acompañaban al machacón soniquete de la canción. Mejor morir ahogado, o devorado por los escualos, me dije, y agarrado a unos tablones que encontré, salté por la borda.


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salakov escribió:11.- La isla del día después

Agarrado a unos tablones, llegó a la isla; por el tiempo pasado a la deriva, el terreno firme le producía más vértigo que el oleaje. La isla era antipática y solo proveía de insectos anormalmente grandes. El día siguiente, despertó agarrado a unos tablones. La mota de tierra oscura—de nuevo— descollaba a lo lejos: la marea lo depositó en la arena, ante un escarabajo que sorteaba los restos del naufragio. Mejor habría sido ahogarse, rumió vagamente por la noche. Con el alba, la isla asomó en el horizonte, el viento remolcó al naufrago hasta la orilla, junto a unos tablones con los que levantaría un maltrecho refugio. Encontró inevitable, pero sobre todo conveniente, redactar un relato de su empresa; al no poder escribirlo, lo repetía como un ruego.«Agarrado a unos tablones, llegué a la isla». Entonces la isla emergía al día siguiente.


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Sugar Bug escribió:mira que eres malo creando hype...

salakov escribió:12.- Ellis Island

Agarrada a unos tablones, llegué a la isla de Ellis completamente vencida. Las maderas del barco crujían con gañidos quejumbrosos y tuvieron que ayudarme para bajar. Llevaba las dos últimas semanas vomitando, mi aspecto debía ser lamentable. Los funcionarios de inmigración llamaron a un médico. Entonces me encerraron aquí, en el pabellón de tuberculosos. Fijaos, tan cerca, desde la ventana puedo ver la Estatua de la Libertad…

[…]

La chica polaca es guapa. Llegó ayer y durmió el día entero. No se ha fijado en mí, para ella soy otra máscara triste, un tísico más. Desde que llegó, intento toser un poco menos, pero me atraganto. Parezco estúpido. En cambio, fijaos en ella, tan bella, nunca se cansa de mirar por la ventana. Me dan ganas de decirle la verdad: que nadie sale de aquí, que seremos deportados, que esta isla acontecerá nuestro sueño americano. Pero miradla, ignorante, esperanzada, qué guapa.


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salakov escribió:12.- Ellis Island

Agarrada a unos tablones, llegué a la isla de Ellis completamente vencida. Las maderas del barco crujían con gañidos quejumbrosos y tuvieron que ayudarme para bajar. Llevaba las dos últimas semanas vomitando, mi aspecto debía ser lamentable. Los funcionarios de inmigración llamaron a un médico. Entonces me encerraron aquí, en el pabellón de tuberculosos. Fijaos, tan cerca, desde la ventana puedo ver la Estatua de la Libertad…

[…]

La chica polaca es guapa. Llegó ayer y durmió el día entero. No se ha fijado en mí, para ella soy otra máscara triste, un tísico más. Desde que llegó, intento toser un poco menos, pero me atraganto. Parezco estúpido. En cambio, fijaos en ella, tan bella, nunca se cansa de mirar por la ventana. Me dan ganas de decirle la verdad: que nadie sale de aquí, que seremos deportados, que esta isla acontecerá nuestro sueño americano. Pero miradla, ignorante, esperanzada, qué guapa.

"Esta isla acontecerá...". Me dice un pajarito que estas palabras delatan a su autor.


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salakov escribió:13.- El circunnavegante

Agarrado a unos tablones, llegué a la isla. Exhausto, me adentré en la vegetación en busca de alimento antes de sucumbir a la tentación de abandonarme en la orilla. No resultó difícil encontrarlo entre aquella exuberancia; extraños frutos saciaron mi hambre y sed. El bambú abigarrado en los humedales permitió construirme un cobijo de cañizo. Sorprendentemente, hicieron falta pocos amaneceres para sentirme bien allí. Durante uno de mis paseos por la playa hallé los maderos que me habían sustentado. Decidí construir una cruz con ellos y agradecer al buen Dios dirigirme a aquel destino. Nada más clavarla en el suelo, sucedió algo inimaginable. Contemplé desleírse los vivos colores que me rodeaban, la arena que acariciaban mis pies se evaporó. Apenas alcancé a aferrarme a la cruz cuando la isla se desvaneció por completo; me encontraba de nuevo flotando en medio del océano. Pude ver otra isla esperándome en el horizonte.


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salakov escribió:14.- Robinson de hacendado (…pero aprende a nadar, cagón)

Agarrado a unos tablones, llegué a la isla que se erguía orgullosa en el centro de la bahía. No fue premeditado, empieza con unas corrientes que te arrastran y te alejan de la orilla y cuando quieres darte cuenta estás tratando de agarrarte a la vida mientras cientos de personas miran sin ver. Avisté aquellos tablones, dos, unidos en forma de uve, que se convirtieron en tabla de salvación.
Tras el mal trago, llegó lo peor. Me sentí como aquel oso del circo, pero sin bicicleta. Me sobrevolaron más drones, cámara en ristre, que mosquitos con sus lanzas. No apareció barco alguno al rescate hasta pasados tres días. Os parecerá poco. Me cago en su puta madre qué tres días, con un sol de cojones, ni gota de agua dulce. Voy a demandar a todo cristo, desde el alcalde hasta los pescadores del puerto. A ti también, por mirón.


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salakov escribió:15.- A donde quiera que vayas

Agarrado a unos tablones, llegué a la isla. Estaba aliviado, había escapado del pueblo, demasiadas desapariciones extrañas en los últimos días… y creía que iba a ser el siguiente.

Llegué al puerto para desamarrar el velero de mi padre. Aunque el parte meteorológico era favorable, la tormenta surgió de la nada, descargando con ganas y haciendo añicos todo. Algunos restos del barco también habían llegado a la orilla, entre ellos, una pelota de voleibol que no recordaba.

Recuperé un rotulador e imité aquella película, dibujando una carita. Me hizo gracia, aunque no tanta cuando una nube negra se cernió sobre nosotros. La expresión del balón había cambiado… aterrorizado, intenté correr. Pero fue en vano, sentí el primer golpe en la espalda, no me dio tiempo a cubrirme. Fueron cayendo uno tras otro, hasta dejarme inconsciente. Lo último que sentí fue cómo me engullía dentro de su cavidad de plástico.


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salakov escribió:16.- Amnesia intermitente

Agarrado a unos tablones, llegué a la isla volviendo de mi letargo. Exhausto, giré sobre la arena con grandes exhalaciones. Miré aquellas tablas. ¿De dónde demonios habían salido?

Un trueno me despertó violentamente. En un camarote, desconcertado por la empapada almohada, subí corriendo a cubierta. El violento oleaje de la tormenta nos arrastraba al acantilado. El casco reventó. Salté y nadé hasta la extenuación hacia una zona mansa. Allí abracé unos maderos, necesitaba descansar.

La lluvia me despertó tumbado en cubierta. El viento era demasiado fuerte. Ignoraba si estaba solo, recogí vela mayor y foque para bajar al camarote. Envolví hielos en un paño que presioné sobre mi cabeza recostándome, dolía demasiado.

Mi escapada estaba siendo maravillosa. Necesitaba solo unas horas, volvería para cenar con los niños. Me volteé por el chirrido de la botavara, estaba mal anudada. Su fuerte impacto me estampó de espaldas a cubierta perdiendo el conocimiento.


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salakov escribió:Y alcanzamos el aciago Vinny Berrinchi Limit con otro maravilloso trabajo...

salakov escribió:17.- Cam

Agarrado a unos tablones, llegó a la isla, que consistía en apenas una hectárea de de rocas puntiagudas sin rastro de vegetación o vida de ningún tipo. Entre las piedras apenas unos andrajos de lo que parecían haber sido banderas, y aquí y allá unas botellas metálicas vacías. Subió a la roca más alta, suspiró y divisó el horizonte, el sol brillaba, la mar estaba en calma, y a lo lejos se divisaba una inmensa mole de madera yéndose a pique entre un estruendo salvaje de miles de gargantas, humanas y animales.

Miró a los tablones en la orilla, había costado arrancarlos para hacer la vía de agua y su destino era una muerte agónica, pero... ¿quién está maldito ahora, padre?


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salakov escribió:Tu show está guapez, Hankie.

No te amohínes.

Hank escribió:

salakov escribió:Tu show está guapez, Hankie.

No te amohínes.

oki

Toro escribió:

Hank escribió:

salakov escribió:Tu show está guapez, Hankie.

No te amohínes.

oki

Es genial tener show, Hank