RONDA 8.42 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL FOROAZKENA. CIERRE DE LAS VOTACIONES A LAS 21

Zzzz escribió:

Nomeko7 escribió:

Eduardo Montenegro escribió:

salakov escribió:Oh, Natalia Estrada…

Coincidí con ella en urgencias. La enfermera le preguntó de qué la conocía, que le sonaba su cara. Ella contestó: será de las 5 horas que llevo aquí esperando

Me quedo con su versión low cost: María Abradello.

Tenía una boca que se comía una tajada de sandía de un mordisco.

AtticusFish escribió:Y un tercero que, con muy poquitas palabras, nos ha dolido por hablarnos del futuro inexorable al que todos nos acercamos con paso firme, aunque cada vez menos firme.

20.Pasa la vida (título moñis, un saludo Esmeralda) (m señor)

Preguntó en la oficina de objetos perdidos por su vista de águila para ver mozos guapos pero tampoco estaba, ni vista, ni rodillas para la verbena, ni oído para los vinilos, ni le convenía ponerse nerviosa por la tensión.
¡Es la vida abuela!, le decía su nieto.
¡Anda a la mierda! Le contestaba.

Yomis escribió:Me ha dao coraje no participar en esta ronda pero estoy inmerso en oposiciones y no me dá la vida. Volveré a revalidar rosco

Yomis escribió:Me ha dao coraje no participar en esta ronda pero estoy inmerso en oposiciones y no me dá la vida. Volveré a revalidar rosco

AtticusFish escribió:En 7ª posición, con 7 puntos.

Un relato muy negro, muy negro, que nos ha mostrado con crudeza una sociedad que no se aleja demasiado de la nuestra, y también que siempre habrá una esperanza mientras existan quijotes.

11.Camino a la oscuridad (LeChaperonRouge)

Preguntó en la oficina de objetos perdidos por la empatía. Parecía como si la tierra se la hubiese tragado. Más bien como si la tierra la hubiese triturado y convertido en excremento. Debajo de las baldosas, escondida en callejones, en oficinas de altos ejecutivos, nada. El egoísmo se había proclamado terrateniente. Cacique de todo lo que les rodeaba. La humanidad no existía hace décadas, pero Jack no perdía la esperanza. Luchaba contra el destino inexorable del mundo. Su labor era deambular entre seres sin rostro, tratando de encontrar esa luz ausente. Soñaba con el día en el que la encontrase. Imaginaba que la agarraría con fuerza y combatiría al odio y al miedo. No le quedaba mucho tiempo, podía ver el final del camino de puntillas y allí solo quedaba oscuridad.

Dama de Shalott escribió:

AtticusFish escribió:En 7ª posición, con 7 puntos.

Un relato muy negro, muy negro, que nos ha mostrado con crudeza una sociedad que no se aleja demasiado de la nuestra, y también que siempre habrá una esperanza mientras existan quijotes.

11.Camino a la oscuridad (LeChaperonRouge)

Preguntó en la oficina de objetos perdidos por la empatía. Parecía como si la tierra se la hubiese tragado. Más bien como si la tierra la hubiese triturado y convertido en excremento. Debajo de las baldosas, escondida en callejones, en oficinas de altos ejecutivos, nada. El egoísmo se había proclamado terrateniente. Cacique de todo lo que les rodeaba. La humanidad no existía hace décadas, pero Jack no perdía la esperanza. Luchaba contra el destino inexorable del mundo. Su labor era deambular entre seres sin rostro, tratando de encontrar esa luz ausente. Soñaba con el día en el que la encontrase. Imaginaba que la agarraría con fuerza y combatiría al odio y al miedo. No le quedaba mucho tiempo, podía ver el final del camino de puntillas y allí solo quedaba oscuridad.

Zzzz escribió:

Yomis escribió:Me ha dao coraje no participar en esta ronda pero estoy inmerso en oposiciones y no me dá la vida. Volveré a revalidar rosco

Te esperamos. Ánimo con esas oposiciones.

Zzzz escribió:

Yomis escribió:Me ha dao coraje no participar en esta ronda pero estoy inmerso en oposiciones y no me dá la vida. Volveré a revalidar rosco

Te esperamos. Ánimo con esas oposiciones.

AtticusFish escribió:En la codiciadísima posición METALREGNEKO, con 8 puntos, dos relatos.

Uno que revisita magníficamente El mago de Oz para traernos al Hombre de hojalata al siglo XXI (o al XXII, ya veremos a qué velocidad se desarrollan los acontecimientos).

1.Incompleto (Van)

Preguntó en la oficina de objetos perdidos si tenían allí su corazón. El dependiente, entre atónito e irritado, optó por obviar la pregunta del androide y llamar a la siguiente persona que esperaba en la cola, dejando al androide, una vez más, a la búsqueda del órgano que simboliza la vida y el amor.

El androide continuó su peregrinaje en busca del corazón perdido, incapaz de entender cómo es posible sentir tanto con un hueco en su pecho. No cabía en sus parámetros lógicos aceptar esa sensación de ausencia, aun aguantando las chanzas e insultos de aquellos que se burlaban de él cuando formulaba aquella pregunta.

En cada rincón que exploraba el androide por mar, tierra y aire, a cada persona que preguntaba en su camino, nunca, en ninguna de esas situaciones, el androide titubeaba a la hora de enunciar, con educación, aquello de: ¿Perdone, está aquí mi corazón?

AtticusFish escribió:Y otro que ha tenido la capacidad de sorprendernos a todos porque, decid la verdad, de todas las cosas que se nos han pasado por la cabeza que se nos podrían haber perdido, ¿quién había pensado en planetas?

9.No cambia nada. (Elsanbenito)

Preguntó en la oficina de objetos perdidos por los dos planetas que había dejado, creía, junto a la nave nodriza. Sírvase usted mismo, hay cientos en el sótano 205 y, entre usted y yo, apuntó el oficinista, si quiere llevarse alguno extra, aquí nadie va a decir ni pío. La mayoría son inhabitables, pero los que contienen especies son muy demandantes, se nos va el presupuesto. Y eso cuando se están quietos, que algunos pretenden colonizar otros más inhóspitos, criaturas ingenuas…. En fin, solo le digo que ojito con la masa, que la fuerza gravitatoria la carga el diablo.
En mi época se tenían hijos, no civilizaciones…qué tiempos. Todos los veranos nos mandan decenas de planetas, que a la gente olvida al repostar antes de sus vacaciones.

AtticusFish escribió:Y, sin más dilación, que ya hemos dilatado bastante, nos vamos al podio. En 5ª posición, con 9 puntos, tres relatos.

Un diálogo escalofriante que nos ha traído a la mente (por lo menos a mí) al David Lynch más retorcido y malrollero (lo que siempre es de agradecer).

6.Realidad oculta (Moderno)

Preguntó en la oficina de objetos perdidos.
-Disculpe, he perdido la alianza que me regaló mi mujer. Ha tenido que ser aquí, en el club…
-Aquí no está –dijo tajante. A Luis le sorprendió la rapidez de su respuesta.
-¿Cómo lo sabe? No ha mirado…
-Está en su casa.
Luis no salía de su asombro.
-Pero, ¿cómo sabe usted qué…?
-Porque la estoy viendo ahora mismo.
El tenso silencio podía cortarse con un cuchillo.



-Disculpe, creo que no le entiendo.
-Llame a su mujer y pregúntele, ella se lo dirá.
-Mi mujer está aquí conmigo, está esperando fuera.
-¿Qué pasa, cariño? –preguntó Teresa al entrar, tardaba mucho.
-Llámela.
Con las manos temblando sacó el móvil. Su mujer cogió el teléfono.
-Cariño, ¿por qué tardas tanto? La cena está hecha.
Miró de reojo a su mujer, que también estaba a su lado, sin comprender. El hombre se reía.
-Pregúntele, o puedo hacerlo yo. La cena huele de maravilla.

AtticusFish escribió:Y, sin más dilación, que ya hemos dilatado bastante, nos vamos al podio. En 5ª posición, con 9 puntos, tres relatos.

Un diálogo escalofriante que nos ha traído a la mente (por lo menos a mí) al David Lynch más retorcido y malrollero (lo que siempre es de agradecer).

6.Realidad oculta (Moderno)

Preguntó en la oficina de objetos perdidos.
-Disculpe, he perdido la alianza que me regaló mi mujer. Ha tenido que ser aquí, en el club…
-Aquí no está –dijo tajante. A Luis le sorprendió la rapidez de su respuesta.
-¿Cómo lo sabe? No ha mirado…
-Está en su casa.
Luis no salía de su asombro.
-Pero, ¿cómo sabe usted qué…?
-Porque la estoy viendo ahora mismo.
El tenso silencio podía cortarse con un cuchillo.
-Disculpe, creo que no le entiendo.
-Llame a su mujer y pregúntele, ella se lo dirá.
-Mi mujer está aquí conmigo, está esperando fuera.
-¿Qué pasa, cariño? –preguntó Teresa al entrar, tardaba mucho.
-Llámela.
Con las manos temblando sacó el móvil. Su mujer cogió el teléfono.
-Cariño, ¿por qué tardas tanto? La cena está hecha.
Miró de reojo a su mujer, que también estaba a su lado, sin comprender. El hombre se reía.
-Pregúntele, o puedo hacerlo yo. La cena huele de maravilla.

AtticusFish escribió:Un relato preciosista que nos describe a la perfección lo que significa sentir la llamada de una vocación, el saber, de repente y sin dudarlo, cuál es el camino que debes seguir en la vida.

7.Oferta de empleo (Dama de Shalott)

Preguntó en la oficina de objetos perdidos por el encargado.
Mientras esperaba su llegada, le ganó la curiosidad y no pudo evitar echar un vistazo en el almacén.
Hizo un cálculo aproximado y se le encogió el corazón al ver tantos objetos recluidos en aquellos estantes.
No tenía dudas de que él era el candidato perfecto para el puesto. Se ocuparía de todos ellos con deleite. Los clasificaría cuidadosamente, les colocaría con mimo las etiquetas que informan de la fecha y el lugar donde han sido encontrados, protegería a los más vulnerables con envolturas de burbujas; y, sobre todo, intentaría paliar tanta orfandad, haciendo todo lo posible por encontrar a sus dueños tras investigaciones detectivescas, se dijo mientras observaba una gabardina arrugada que bien podría haber perdido Colombo.

Nuxe escribió:

AtticusFish escribió:Y, sin más dilación, que ya hemos dilatado bastante, nos vamos al podio. En 5ª posición, con 9 puntos, tres relatos.

Un diálogo escalofriante que nos ha traído a la mente (por lo menos a mí) al David Lynch más retorcido y malrollero (lo que siempre es de agradecer).

6.Realidad oculta (Moderno)

Preguntó en la oficina de objetos perdidos.
-Disculpe, he perdido la alianza que me regaló mi mujer. Ha tenido que ser aquí, en el club…
-Aquí no está –dijo tajante. A Luis le sorprendió la rapidez de su respuesta.
-¿Cómo lo sabe? No ha mirado…
-Está en su casa.
Luis no salía de su asombro.
-Pero, ¿cómo sabe usted qué…?
-Porque la estoy viendo ahora mismo.
El tenso silencio podía cortarse con un cuchillo.
-Disculpe, creo que no le entiendo.
-Llame a su mujer y pregúntele, ella se lo dirá.
-Mi mujer está aquí conmigo, está esperando fuera.
-¿Qué pasa, cariño? –preguntó Teresa al entrar, tardaba mucho.
-Llámela.
Con las manos temblando sacó el móvil. Su mujer cogió el teléfono.
-Cariño, ¿por qué tardas tanto? La cena está hecha.
Miró de reojo a su mujer, que también estaba a su lado, sin comprender. El hombre se reía.
-Pregúntele, o puedo hacerlo yo. La cena huele de maravilla.

También a mi, Carretera pérdida.

Dama de Shalott escribió:

AtticusFish escribió:Y, sin más dilación, que ya hemos dilatado bastante, nos vamos al podio. En 5ª posición, con 9 puntos, tres relatos.

Un diálogo escalofriante que nos ha traído a la mente (por lo menos a mí) al David Lynch más retorcido y malrollero (lo que siempre es de agradecer).

6.Realidad oculta (Moderno)

Preguntó en la oficina de objetos perdidos.
-Disculpe, he perdido la alianza que me regaló mi mujer. Ha tenido que ser aquí, en el club…
-Aquí no está –dijo tajante. A Luis le sorprendió la rapidez de su respuesta.
-¿Cómo lo sabe? No ha mirado…
-Está en su casa.
Luis no salía de su asombro.
-Pero, ¿cómo sabe usted qué…?
-Porque la estoy viendo ahora mismo.
El tenso silencio podía cortarse con un cuchillo.



-Disculpe, creo que no le entiendo.
-Llame a su mujer y pregúntele, ella se lo dirá.
-Mi mujer está aquí conmigo, está esperando fuera.
-¿Qué pasa, cariño? –preguntó Teresa al entrar, tardaba mucho.
-Llámela.
Con las manos temblando sacó el móvil. Su mujer cogió el teléfono.
-Cariño, ¿por qué tardas tanto? La cena está hecha.
Miró de reojo a su mujer, que también estaba a su lado, sin comprender. El hombre se reía.
-Pregúntele, o puedo hacerlo yo. La cena huele de maravilla.

AtticusFish escribió:Y una historia que nos ha conmovido por tratar un tema del que la literatura no se ha ocupado lo suficiente, los sentimientos de la ropa, y que, de paso, me ha enseñado una palabra nueva (he tenido que buscar lo que era una teba).

21.Reencuentro (Troy Mc Clure)

Preguntó en la oficina de objetos perdidos, pero no habían encontrado ningún sombrero fedora recientemente. De todas formas, pasó a echar un vistazo. Le llamó la atención una chaqueta de lino, suave y ligera. Al ver que se fijaba en ella, la chaqueta empezó a mover las mangas entusiasmada. Fue un flechazo, así que se fueron juntos a casa. La chaqueta era una excelente prenda de entretiempo, perfecta para tomar un vermú en terraza o pasear por la calle mayor. Sin embargo, al llegar el invierno, la chaqueta empezó a crecer y se convirtió en un polar de Trango. El polar necesitaba actividad, movimiento, no le valía con los paseos urbanitas, quería ir al monte. No podía seguir su ritmo, así lo vendió en Wallapop.
Años después, se sentó en el parque junto a un anciano que echaba pan a las palomas. La teba del anciano empezó a agitar las mangas suavemente. Aquella chaqueta le resultaba familiar.

AtticusFish escribió:En 4ª posición, con 11 puntos.

Este relato que nos ha maravillado (de ahí mis 3 puntos) por su habilidad para reducir una historia tan compleja a tan solo 157 palabras. Después de leerlo, intenté resumirle la trama a mi pareja y necesité 751.


22. El seminarista de los ojos verdes (Eduardo Montenegro)


Preguntamos en la oficina de objetos perdidos sin éxito, el camafeo no aparecía. Hasta su pérdida, recuerdo a mi madre siempre con su joya colgando del cuello, junto a su corazón, recibiendo tantas caricias y besos como mi hermano el mayor, muchas más de las que recibíamos padre o yo. Creyendo que era por veneración a la imagen de san Antonio que mostraba, quise regalarle uno igual, pero rehusó contrariada. Necesitaba aquel camafeo, no otro. Supuse que su valor estaría en su condición de talismán, tantas veces bendecido en tantas iglesias que visitaba con fervor. Hasta que en el lecho de muerte me lo confesó. La imagen del santo era una tapa bajo la que escondía la imagen de su verdadero amor, un joven seminarista que conoció antes de casarse. Disfrazaba su búsqueda de peregrinaje y devoción.
Encontré el camafeo al morir padre, escondido entre sus cosas. Lo abrí. Ahí estaban los ojos verdes de mi hermano.

AtticusFish escribió:Y una historia que nos ha conmovido por tratar un tema del que la literatura no se ha ocupado lo suficiente, los sentimientos de la ropa, y que, de paso, me ha enseñado una palabra nueva (he tenido que buscar lo que era una teba).

21.Reencuentro (Troy Mc Clure)

Preguntó en la oficina de objetos perdidos, pero no habían encontrado ningún sombrero fedora recientemente. De todas formas, pasó a echar un vistazo. Le llamó la atención una chaqueta de lino, suave y ligera. Al ver que se fijaba en ella, la chaqueta empezó a mover las mangas entusiasmada. Fue un flechazo, así que se fueron juntos a casa. La chaqueta era una excelente prenda de entretiempo, perfecta para tomar un vermú en terraza o pasear por la calle mayor. Sin embargo, al llegar el invierno, la chaqueta empezó a crecer y se convirtió en un polar de Trango. El polar necesitaba actividad, movimiento, no le valía con los paseos urbanitas, quería ir al monte. No podía seguir su ritmo, así lo vendió en Wallapop.
Años después, se sentó en el parque junto a un anciano que echaba pan a las palomas. La teba del anciano empezó a agitar las mangas suavemente. Aquella chaqueta le resultaba familiar.

Zzzz escribió:Votado Troy. Creo que se lleva mi dos.

¡Serpentinas para su retorno!

AtticusFish escribió:El tercer clasificado, con 12 inmerecidos puntos.

3.In memoriam (AtticusFish)

Pregunto en la oficina de objetos perdidos. Al salir del tanatorio he cogido un taxi y me he venido directo, no quiero darme tiempo para pensar. Espero en el mostrador. En una mano llevo la bolsa de tela con la urna, en el meñique de la otra, una alianza que me está pequeña. ¿Cómo puede una ausencia sentirse tan presente?
Esta mañana, mientras me anudaba la corbata frente al espejo, me he dado cuenta de que había perdido las ganas de vivir. Si al final resulta que no las tienen aquí, pondré un anuncio por palabras en el periódico. En algún lado tendrán que estar. A ella no le habría gustado que me rindiera tan pronto.

Zzzz escribió:Votado también Montenegro. No, creo que es él mi dos. Troy, un punto.

salakov escribió:Excelente, Montenegro.

AtticusFish escribió:A un paso de saborear las mieles del triunfo, en 2ª posición, con 14 puntos.

Una brillante propuesta que jamás habría podido surgir de la mente de un escritor sueco o finlandés (de los japoneses ya ni hablamos). Porque mientras haya un español en el mundo, el género picaresco seguirá vivo.

4.El paraguas negro (Zzz)

Pregunto en la oficina de objetos perdidos por un paraguas negro. Preferiría algo más extravagante, una funda de violín roja tal vez, pero debo ir a lo seguro, todo el mundo anda perdiendo paraguas. El funcionario es suspicaz, sin duda harto de gente que reclama lo que no es suyo. Descríbalo —me insta—. Negro, lona negra, mango curvado, negro entero, así más o menos —extiendo las manos—. ¿Cuántas varillas tiene? Diez —contesto preparado, sabía que irían a pillar—. Espere un momento —suspira hondo antes de meterse dentro—. Despliega en la mesa ocho paraguas negros. ¿Es alguno de estos? Una trampa. Dos o tres los habrán comprado ellos como aquellos policías que se infiltran en las ruedas de reconocimiento. Observo… estos son demasiado nuevos… ¡Este! —señalo—. El funcionario se resigna derrotado antes de entregármelo. ¡Y tenga cuidado con él! —aconseja molesto—. Gracias, lo tendré —me despido ufano levantando el paraguas—. Estoy en racha. Objetos perdidos, siete; Manolo, once.

Eduardo Montenegro escribió:Mis treses a Zetas

Dama de Shalott escribió:

AtticusFish escribió:A un paso de saborear las mieles del triunfo, en 2ª posición, con 14 puntos.

Una brillante propuesta que jamás habría podido surgir de la mente de un escritor sueco o finlandés (de los japoneses ya ni hablamos). Porque mientras haya un español en el mundo, el género picaresco seguirá vivo.

4.El paraguas negro (Zzz)

Pregunto en la oficina de objetos perdidos por un paraguas negro. Preferiría algo más extravagante, una funda de violín roja tal vez, pero debo ir a lo seguro, todo el mundo anda perdiendo paraguas. El funcionario es suspicaz, sin duda harto de gente que reclama lo que no es suyo. Descríbalo —me insta—. Negro, lona negra, mango curvado, negro entero, así más o menos —extiendo las manos—. ¿Cuántas varillas tiene? Diez —contesto preparado, sabía que irían a pillar—. Espere un momento —suspira hondo antes de meterse dentro—. Despliega en la mesa ocho paraguas negros. ¿Es alguno de estos? Una trampa. Dos o tres los habrán comprado ellos como aquellos policías que se infiltran en las ruedas de reconocimiento. Observo… estos son demasiado nuevos… ¡Este! —señalo—. El funcionario se resigna derrotado antes de entregármelo. ¡Y tenga cuidado con él! —aconseja molesto—. Gracias, lo tendré —me despido ufano levantando el paraguas—. Estoy en racha. Objetos perdidos, siete; Manolo, once.