RONDA 34 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS AZKENEROS. VOTOS HASTA LAS 20:30, GALA A LAS 21:30

Nomeko7 escribió:Hay frase?

m señor escribió:luego eloy pone la grase 

m señor escribió:

Nomeko7 escribió:Hay frase?

creo que solo hay algunos relatos, luego eloy pone la grase y los títulos.....una ronda de esas raras que tanto gustan....
m

Eloy escribió:

m señor escribió:luego eloy pone la grase 

tacitus escribió:

m señor escribió:

Nomeko7 escribió:Hay frase?

creo que solo hay algunos relatos, luego eloy pone la grase y los títulos.....una ronda de esas raras que tanto gustan....
m

Para que luego digan que la ironía no funciona en internet

m señor escribió:

tacitus escribió:

m señor escribió:

Nomeko7 escribió:Hay frase?

creo que solo hay algunos relatos, luego eloy pone la grase y los títulos.....una ronda de esas raras que tanto gustan....
m

Para que luego digan que la ironía no funciona en internet

como decía un educador mediático de estos que tanto gustan ahora.....la ironía solo funciona con algunos padres que tienen la seguridad en lo que dicen.....
m

Nomeko7 escribió:

m señor escribió:

tacitus escribió:

m señor escribió:

Nomeko7 escribió:Hay frase?

creo que solo hay algunos relatos, luego eloy pone la grase y los títulos.....una ronda de esas raras que tanto gustan....
m

Para que luego digan que la ironía no funciona en internet

como decía un educador mediático de estos que tanto gustan ahora.....la ironía solo funciona con algunos padres que tienen la seguridad en lo que dicen.....
m

Hay grase?

Eloy escribió:3.- Goodnight Rose

Todo aconsejaba una prudente retirada. Tras diez años de obligaciones, insultos, gritos y ojos morados Rosa decidió que no podía más.
Su familia le sugirió en innumerables ocasiones abandonar el rosal y volver a ser un fuerte y solitario Clavel, pero ella era joven y todavía creía en el amor. Ese amor por el que antaño floreció, siendo engañada hasta el día de su boda. 
Un gran macho, jardinero, de fuertes músculos e ideología asentada trastornó su vida y su corazón, podándolo a su antojo, dejando crecer cada vez más espinas.
Intentaba escapar, pero era encontrada y en el camino de regreso perdía un nuevo pétalo. 
La que en un momento fue una hermosa y florida Rosa, ahora era un cardo espinado con hojas casi marchitas.
Escogió escapar, coger las tijeras y arrancarse de aquel rosal, donde una de cada cuatro Rosas sigue perdiendo pétalos.

Buenas noches, Rosa.

m señor escribió:

Nomeko7 escribió:

m señor escribió:

tacitus escribió:

m señor escribió:

Nomeko7 escribió:Hay frase?

creo que solo hay algunos relatos, luego eloy pone la grase y los títulos.....una ronda de esas raras que tanto gustan....
m

Para que luego digan que la ironía no funciona en internet

como decía un educador mediático de estos que tanto gustan ahora.....la ironía solo funciona con algunos padres que tienen la seguridad en lo que dicen.....
m

Hay grase?

El día que se dejó de echar tocino en el cocido....


listo.
m

tacitus escribió:Cocido >>>>>> American Pie

El día que se dejó de echar tocino en el cocido puede considerarse el equivalente al día que murió la música.

Eloy escribió:1.- Baja

Spoiler:

Eloy escribió:2.- Una de Almendóvar

Spoiler:

Eloy escribió:3.- Goodnight Rose

Spoiler:

Eloy escribió:4.- Y sin embargo

Spoiler:

Eloy escribió:5.- Lealtad excesiva (La historia de Hiroo Onoda) 

Spoiler:

Eloy escribió:4.- Y sin embargo

Todo aconsejaba una prudente retirada: reconocerse hereje, renunciar al heliocentrismo, apelar a la compasión del tribunal. Abjurar o morir. 
Enfrente la lechigada púrpura de cardenales, la caterva de ignorantes acomplejados haciendo valer su número, refugiándose en el grupo, señalando con el dedo. Los señores inquisitoriales del oscurantismo, la curia cerril del negocio celestial. La satrapía del foro.
Y en el centro, él, como el vigilante desde el panóptico. ¿Quién escrutaba a quién? Míralos, sus dientes amarillos escupiendo mentiras negras. Obsérvalos, los cabrones, retroalimentándose en su propia ineptitud. Estúpidos y vanidosos desde la balaustrada. Satisfechos de verle recular.
Quizá aquí nace el inevitable tremor de orgullo. Abriéndosele, creciendo como un cáncer, el postrero acto de desafío y dignidad. 
«¡Vamos, dilo!», amonestándose. 
«Así sean tus últimas palabras, ¡dilo!», la luz rielante de los cirios proyectando sombras sobre su arrogante figura. 
«¡Aunque el castigo sea la muerte!», y lo dice:

—Eppur si muove.

Eloy escribió:5.- Lealtad excesiva (La historia de Hiroo Onoda) 

Todo aconsejaba una prudente retirada ante la superioridad del enemigo por tierra, mar y aire. Pero estaba dispuesto a entregar hasta mi última gota de sangre por defender esta isla. 
Todas las mañanas miraba el mar (crestas de seda en manto de armiño, sueño de agua-escribió el poeta) y lloraba. Lloraba en parte abrumado por su belleza y en parte por la angustia de saber que en cualquier momento escucharía el silbido de la bala que llevaba mi nombre.

-“Victoria o derrota, hice cuanto pude”-digo, seguidamente una oleada de incredulidad y carcajadas recorre el nutrido grupo de fotógrafos y periodistas presentes. Entonces, el comandante que porta mi sable en gesto de rendición me susurra al oído: -Japón capituló hace treinta años. En ese instante, con toda claridad comprendo que cualquier cosa en exceso es mala mientras miento a todas las madres del país del sol naciente.

Nomeko7 escribió:Hay frase?

Eloy escribió:4.- Y sin embargo

Todo aconsejaba una prudente retirada: reconocerse hereje, renunciar al heliocentrismo, apelar a la compasión del tribunal. Abjurar o morir. 
Enfrente la lechigada púrpura de cardenales, la caterva de ignorantes acomplejados haciendo valer su número, refugiándose en el grupo, señalando con el dedo. Los señores inquisitoriales del oscurantismo, la curia cerril del negocio celestial. La satrapía del foro.
Y en el centro, él, como el vigilante desde el panóptico. ¿Quién escrutaba a quién? Míralos, sus dientes amarillos escupiendo mentiras negras. Obsérvalos, los cabrones, retroalimentándose en su propia ineptitud. Estúpidos y vanidosos desde la balaustrada. Satisfechos de verle recular.
Quizá aquí nace el inevitable tremor de orgullo. Abriéndosele, creciendo como un cáncer, el postrero acto de desafío y dignidad. 
«¡Vamos, dilo!», amonestándose. 
«Así sean tus últimas palabras, ¡dilo!», la luz rielante de los cirios proyectando sombras sobre su arrogante figura. 
«¡Aunque el castigo sea la muerte!», y lo dice:

—Eppur si muove.

Eloy escribió:6.- Yonkie-mente

Spoiler:

Eloy escribió:6.- Yonkie-mente

Todo aconsejaba una prudente retirada y es que había cosas que no hacía falta se explicaran. Al igual que había palabras que no hacía falta decir. A mí me bastaba con creer que lo veía claro. Convencido al cien por cien de que aquello era lo correcto. Las palabras debían mantener su sentido, así de conservador era. Y al final lo único que conseguí fue que me temblara la voz al intentar hacerlo, pensando en que me entenderían. Me pudo la falta de costumbre y el miedo a  estar diciéndolo en el momento equivocado. Yo en mi imaginación me sentía muy lejos ya, supongo que con eso me bastaba al fin y al cabo.

Eloy escribió:5.- Lealtad excesiva (La historia de Hiroo Onoda) 

Todo aconsejaba una prudente retirada ante la superioridad del enemigo por tierra, mar y aire. Pero estaba dispuesto a entregar hasta mi última gota de sangre por defender esta isla. 
Todas las mañanas miraba el mar (crestas de seda en manto de armiño, sueño de agua-escribió el poeta) y lloraba. Lloraba en parte abrumado por su belleza y en parte por la angustia de saber que en cualquier momento escucharía el silbido de la bala que llevaba mi nombre.

-“Victoria o derrota, hice cuanto pude”-digo, seguidamente una oleada de incredulidad y carcajadas recorre el nutrido grupo de fotógrafos y periodistas presentes. Entonces, el comandante que porta mi sable en gesto de rendición me susurra al oído: -Japón capituló hace treinta años. En ese instante, con toda claridad comprendo que cualquier cosa en exceso es mala mientras miento a todas las madres del país del sol naciente.

Eloy escribió:4.- Y sin embargo

Todo aconsejaba una prudente retirada: reconocerse hereje, renunciar al heliocentrismo, apelar a la compasión del tribunal. Abjurar o morir. 
Enfrente la lechigada púrpura de cardenales, la caterva de ignorantes acomplejados haciendo valer su número, refugiándose en el grupo, señalando con el dedo. Los señores inquisitoriales del oscurantismo, la curia cerril del negocio celestial. La satrapía del foro.
Y en el centro, él, como el vigilante desde el panóptico. ¿Quién escrutaba a quién? Míralos, sus dientes amarillos escupiendo mentiras negras. Obsérvalos, los cabrones, retroalimentándose en su propia ineptitud. Estúpidos y vanidosos desde la balaustrada. Satisfechos de verle recular.
Quizá aquí nace el inevitable tremor de orgullo. Abriéndosele, creciendo como un cáncer, el postrero acto de desafío y dignidad. 
«¡Vamos, dilo!», amonestándose. 
«Así sean tus últimas palabras, ¡dilo!», la luz rielante de los cirios proyectando sombras sobre su arrogante figura. 
«¡Aunque el castigo sea la muerte!», y lo dice:

—Eppur si muove.

Eloy escribió:3.- Goodnight Rose

Todo aconsejaba una prudente retirada. Tras diez años de obligaciones, insultos, gritos y ojos morados Rosa decidió que no podía más.
Su familia le sugirió en innumerables ocasiones abandonar el rosal y volver a ser un fuerte y solitario Clavel, pero ella era joven y todavía creía en el amor. Ese amor por el que antaño floreció, siendo engañada hasta el día de su boda. 
Un gran macho, jardinero, de fuertes músculos e ideología asentada trastornó su vida y su corazón, podándolo a su antojo, dejando crecer cada vez más espinas.
Intentaba escapar, pero era encontrada y en el camino de regreso perdía un nuevo pétalo. 
La que en un momento fue una hermosa y florida Rosa, ahora era un cardo espinado con hojas casi marchitas.
Escogió escapar, coger las tijeras y arrancarse de aquel rosal, donde una de cada cuatro Rosas sigue perdiendo pétalos.

Buenas noches, Rosa.

Eloy escribió:2.- Una de Almendóvar

Todo aconsejaba una prudente retirada:
- Todos hacia atrás, paradetes ahí.
- Carmen, tú un poco más hacia delante, más al ataque.
- Maite, tú de defensa, defendiendo el fortín.
- Manolo, tú, entre medias, medio ataque, medio defensa, tú sabes.
- Otra vez.
- ¡epá!

Eloy escribió:1.- Baja

Todo aconsejaba una prudente retirada. Había descarrilado definitivamente, mi cuerpo era campo devastado. Me dolía todo, el pecho, las costillas, el cuello, la cabeza… me dolían hasta las venas. Me partía el alma sentir que me habían vencido, que os había dejado tirados pero por otra parte… ¿Qué habían hecho los de arriba para protegerme? Nada. Me sentía juzgado, siempre dando explicaciones, teniendo que argumentar que estoy hecho mierda. ¿Es que no lo veis? Me habéis dejado al pairo. Ahora dependo de un ansiolítico para estar mejor... ¿Queréis saber cuándo me reincorporo? QUE OS JODAN.

YOMISMO escribió:Robochouuu 

DON escribió:

Eloy escribió:6.- Yonkie-mente

Todo aconsejaba una prudente retirada y es que había cosas que no hacía falta se explicaran. Al igual que había palabras que no hacía falta decir. A mí me bastaba con creer que lo veía claro. Convencido al cien por cien de que aquello era lo correcto. Las palabras debían mantener su sentido, así de conservador era. Y al final lo único que conseguí fue que me temblara la voz al intentar hacerlo, pensando en que me entenderían. Me pudo la falta de costumbre y el miedo a  estar diciéndolo en el momento equivocado. Yo en mi imaginación me sentía muy lejos ya, supongo que con eso me bastaba al fin y al cabo.

Un mundo ordenado, cauto y silente, orgulloso de su cerrazón pero que titubea al intentar comunicarse con el exterior. Siempre hay un intento. El protagonista cierra filas hacia otro mundo, su mundo... espero que le baste y sea suficiente. Buen viaje, alas blancas.

DON escribió:

Eloy escribió:3.- Goodnight Rose

Todo aconsejaba una prudente retirada. Tras diez años de obligaciones, insultos, gritos y ojos morados Rosa decidió que no podía más.
Su familia le sugirió en innumerables ocasiones abandonar el rosal y volver a ser un fuerte y solitario Clavel, pero ella era joven y todavía creía en el amor. Ese amor por el que antaño floreció, siendo engañada hasta el día de su boda. 
Un gran macho, jardinero, de fuertes músculos e ideología asentada trastornó su vida y su corazón, podándolo a su antojo, dejando crecer cada vez más espinas.
Intentaba escapar, pero era encontrada y en el camino de regreso perdía un nuevo pétalo. 
La que en un momento fue una hermosa y florida Rosa, ahora era un cardo espinado con hojas casi marchitas.
Escogió escapar, coger las tijeras y arrancarse de aquel rosal, donde una de cada cuatro Rosas sigue perdiendo pétalos.

Buenas noches, Rosa.

Parece un cuento siniestro, de hecho seguramente lo sea. Transmite bien. Hay puntos intrigantes, como las líneas "Un gran macho con ideología asentada" y "una de cada cuatro Rosas sigue perdiendo pétalos" al menos a mí me lo parecen.

Eloy escribió:6.- Yonkie-mente

Todo aconsejaba una prudente retirada y es que había cosas que no hacía falta se explicaran. Al igual que había palabras que no hacía falta decir. A mí me bastaba con creer que lo veía claro. Convencido al cien por cien de que aquello era lo correcto. Las palabras debían mantener su sentido, así de conservador era. Y al final lo único que conseguí fue que me temblara la voz al intentar hacerlo, pensando en que me entenderían. Me pudo la falta de costumbre y el miedo a  estar diciéndolo en el momento equivocado. Yo en mi imaginación me sentía muy lejos ya, supongo que con eso me bastaba al fin y al cabo.

Eloy escribió:7.- Que lo haga otro...

Todo aconsejaba una prudente retirada, así que esta vez, decidió no escribir nada sustancioso. Ni ejercicitos napoleónicos, ni alusiones a noches locas con mujeres que acaban siendo hombres... Nada.
Sus habilidosos dedos no cogieron el móvil para escribir ningún microrrelato esta vez... Esta vez no... Estaba cansado...

Eloy escribió:8.- El cliente siempre tiene la razón

Todo aconsejaba una prudente retirada: la oronda figura del señor Ferrando atravesaba la puerta de la ferretería en dirección al mostrador. Pero el encargado siempre lo visualizaba un nanosegundo antes que Andrés y lograba huir el primero hacia el almacén.
El Señor Ferrando, solterón jubilado de 150 kilos, acarreaba en la mano el grifo que había comprado el día de antes; ese mismo que le había costado ocho miserables euros tras tres cuartos de hora de farragoso interrogatorio inquisidor sobre sus bondades, aderezado con un prolijo monólogo sobre la lampistería de antaño.
Andrés se sintió incapaz de soportarlo de nuevo.
-Joven…
Más tarde, el médico de urgencias comentaría con asombro que jamás había visto una pieza de grifería tan perfectamente encajada en una boca sin haber roto ni una pieza de dentadura.

Eloy escribió:9.- Castores intrépidos

Todo aconsejaba una prudente retirada. Así lo sentía el pequeño capitán de los castores y también el resto de la tropa. La vieja casona se alzaba siniestra ante sus miradas; solitaria, de gruesos muros y oscuros ojos vacíos. Entonces una atinada pedrada rompía el silencio y los cristales, y todos corrían sin mirar atrás hasta llegar a salvo. También una noche el capitán, furtivamente y desafiando al miedo más negro, grabó en la puerta: Blanca y José. Aquella fue la vez que más rápido corrió en su vida, las piernas le temblaron durante horas.
Que allí dentro no había nadie ni nada, excepto miseria y basura olvidada, lo supieron muchos veranos después cuando las excavadoras redujeron el lugar a escombros. El miedo negro se había esfumado y en su lugar no quedaba nada, acaso un triste vacío y un portón repleto de nombres en el limbo de los amores primeros.