RONDA 18/II EDICIÓN DEL GRAN CONCURSO DE MICRORRELATOS DE LA PLAZOLETA. PLAZO CERRADO-¡VOTEN!

(Banderola cortesía del sr. DON)

FRASE DE LA SEMANA:


Mientras hacíamos cola

Las reglas del juego:

PUEDEN CONSULTAR LOS RELATOS DE RONDAS ANTERIORES AQUÍ:

https://docs.google.com/document/d/1jB5odLgZy0AhOo0xPpbUOefot-Ps7D2nrKfKS25i7v4/edit?pref=2&pli=1



Clasificaciones generales el lunes #workinprogress #administraciónlomédica



1. Clyde

Mientras hacíamos cola comprendí que jamás me acostumbraría a esa vida. Un sudor frío recorrió mi espalda, un fuego intenso subía por mi interior, el corazón se aceleraba y hasta el último músculo de mi cuerpo se tensó. Tuve que respirar profundamente en repetidas ocasiones e intentar evadirme de la sensación de perdedor que martilleaba mi cerebro. Conseguí salir de allí, agarrado a su brazo, sin tener una recaída. Sin embargo, tres días después me dejé llevar. En el mismo sitio, tras las mismas espaldas, escuchando las mismas voces y observando aquellas caras de superioridad en unos casos y de domesticado abatimiento en otros, abrí mi abrigo, desenfundé mi escopeta recortada y grité “¡todos al suelo!”. De repente, un sonido similar al eco retumbó tras de mí. Me giré y era ella que repetía mis palabras mientras sujetaba su automática. Sentí felicidad y amarga tristeza al tiempo.

Te amo nena


2. "AÚN, A VECES"

Mientras hacíamos cola con harina y agua mi tía Carmen ordenaba los sellos del Spar para pegarlos sobre la cartilla. La lluvia y el viento azotaban las persianas pero el fuego de la cocina nos ofrecía un calor reconfortante que nos aislaba de las inclemencias del exterior.
Nunca me he sentido más a salvo que bajo el cuerpo de mi tía Carmen, sobre la mesa, manipulando el engrudo que llamábamos pegamento, cobijado bajo su cuerpo, bajo su calor corporal, bajo su suave aliento que me envolvía con una capa de protección invisible.
Aún, a veces, me siento aquel niño, protegido.


3. Husmeando en diario ajeno

Mientras hacíamos cola en la pescadería aprovechamos para meter alguna hora extra… Pusimos el ventilador en marcha y al poco todos opinaban del farmacéutico. Vivimos enredados en un laberinto de chismes y prejuicios y preferimos no encontrar salida.
Nuestra empresa se dedica a difundir rumores. Las tarifas van en función del perjuicio/beneficio que conlleve, los “voceros” que precisemos, etc… Una buena idea apenas requiere de personal.  Lo más demandado es desacreditar a alguien con algún tema de adulterio. La mayoría lo hace por pura inquina, alguno también por simple diversión, incluso escogen al azar… Deben firmar una cláusula eximente de cualquier responsabilidad derivada. Ya nos cargaron alguna muerte a la espalda. Pensarán que dedicarse a esto requiere de una ética sospechosa pero yo opino lo mismo de los miles que nos contratan. Por cierto, desmiento que nuestra empresa resida en un paraíso fiscal, será un rumor creado por la competencia.


4.Vagón 24

Mientras hacíamos cola, para Dios sabe qué, los guardias nos separaron de nuestros maridos, llevándolos a un grupo, mientras que los niños, ancianos y mujeres íbamos a otro grupo.
Tras raparnos el pelo, nos mandan salir fuera de un pabellón, y nos llevan a un edificio semienterrado para ducharnos y desparasitarnos... Mis hijas y yo tenemos mucho miedo... No hay humedad, no hay charcos de agua... Esto no son duchas... Te quiero Paulov... Nos veremos en el cielo junto a las niñas...


5. En el espacio nadie puede oír tus gritos

Mientras hacíamos cola para ver las imágenes que se habían grabado en la misión tripulada del Apolo 11 no éramos conscientes de lo que allí iba a acontecer. Los trabajadores de la NASA de aquel lejano 1969 nos disponíamos a ver lo que pensábamos que eran unas grabaciones que luego darían la vuelta al mundo, pero éstas nunca llegaron al gran público.

Allí estábamos contemplando los rostros llenos de tensión de Armstrong, Aldrin y Collins en el momento del despegue, la felicidad con la que se paseaban por la nave a gravedad cero o la preocupación con la que iniciaron la vuelta a casa. Los gritos de terror inundaron la sala dónde proyectaban las imágenes al ver que la misión la habían iniciado tres hombres pero la terminaron cuatro.


6. The paradox

Mientras hacíamos cola decidí que lo iba a intentar. Fue una trastada porque estábamos a punto de comprar los tickets para el show, pero fui corriendo a mi casa, me bañé, me puse mis mejores slips y unos jeans que me hacían buen culo. Hice un poco de guitar air mientras escuchaba el rocket to Rusia de los Ramones, estaba on fire. Enchufé mi walkman (un bluesman con feelin´) y salí con mi skate patinando en footswitch. Las chicas estaban estupendas con sus tops, leggings y mini-shorts...tanto que casi me atropella una pick-up al saltarme un stop. Pasé por la puerta de un Mcdonalds (comida rápida porque te puede llevar rápido al hoyo) y de un Starbucks (aguas turbias del imperialismo), me enganché al bus para ir rápido y finalmente llegué al Trinity College. Obviamente suspendí el examen, pero es que yo de inglés no tengo ni puñetera idea.


7. Revisión médica

Mientras hacíamos cola para pasar la revisión médica todo eran risas y empujones y camisetas de tirantes y vaya calzoncillos llevas Fernández. Cuarenta críos de nueve años contentos por saltarse la clase de mates. Cuarenta críos de los cuales ninguno dio importancia a que el médico saliera del aula de gimnasia con el brazo encima del hombro del Crespo.
Tampoco le dimos importancia a que el Crespo no estuviera al día siguiente, mientras hacíamos cola para entregar los trabajos de sociales al hermano Serna. Pero los días pasaron y Crespo no aparecía y en el cole nos decían que estaba malo y nuestros padres no querían hablar de ello.
Y pasó un año y Crespo no regresó y volvimos a hacer cola para pasar la revisión médica. Y hubo risas y empujones y la tienes corta pero todos nos callamos algo. Éramos niños y la vida, sencillamente, siguió adelante.


8. INERCIA

Mientras hacíamos cola, ninguno de nosotros parecía percatarse de lo absurdo y estúpido de la situación en que nos hallábamos. Había miles de cosas mejores que hacer que pasar las horas allí de pie, aguantando el frío y el aburrimiento. No fue hasta mucho rato después cuando empezamos a preguntarnos unos a otros para qué estábamos allí, y por qué nos habíamos ido poniendo uno detrás de otro, ordenadamente, a la espera de llegar a alguna parte. Seguramente, todavía había recién llegados que, movidos por sabe Dios qué impulso, acababan de preguntar quién era el último y se unían a nuestro lento e incierto devenir. ¿Quién había sido el primero? ¿Cómo había empezado todo esto? Cuando formulé estas preguntas, caímos en la cuenta de que todavía no se había visto a nadie que hubiera llegado al final y hubiera regresado para poder respondernos.


9. Héroe de guerra

Mientras hacíamos cola, esperando nuestro turno, empezaron a sonar las sirenas antiaéreas y corrimos hacia el refugio. Una vez dentro pensé en lo absurdo que era todo. Una guerra fratricida en  la que se ejecutaba y asesinaba  sin ninguna clase de medida. Los cadáveres se amontonaban en las calles llenándolo todo de horror y consternación. Me llamaron para ir al frente pero me negué a tomar partido en toda esta locura. En el tribunal de guerra me juzgaron por traición y cobardía. Y ahora estoy esperando en una fila muy distinta. Nunca participaré en toda esta locura. Y siempre preferiré ser ejecutado antes que convertirme en asesino por una causa espantosa y sin sentido.


10. El amor es la hostia

Mientras hacíamos cola la observaba de reojo soñando con acariciar su pelo brillante y ondulado. La cogía de la mano y corríamos entre los árboles del bosque riéndonos en busca de que nadie nos encontrara.
Cada paso que dábamos en la cola yo lo convertía en una nueva aventura. Estaba apenas a un metro de distancia, podía percibir su olor que me transportaba a un mundo perfecto. La miré directamente girando mi cabeza con decisión.
Oí un murmullo a mi espalda y una mano me empujó hacia adelante. Era mi turno, pero mi mente volaba libre de ataduras y apenas oí aquella voz frente a mí
-El cuerpo de Cristo.
-Amor -fue mi dulce respuesta mirándola a ella.
La ración fue doble, una hostia para abrir boca y otra con la mano abierta en mitad del carrillo. Nunca volví a verla, pero hubo más amores y muchas más hostias.


11. Experiencias Secretas

Mientras hacíamos cola para pagar, algunos protestaban por no haber podido hacerlo previamente con tarjeta. Éramos unos cien y habíamos pasado un proceso de selección mediante un cuestionario. Experiencia Secreta. Exclusiva. Era mi segunda cita con aquella chica cuyo nombre ya no recuerdo. No sabíamos a qué íbamos pero teníamos dinero y estábamos ávidos de nuevas experiencias.

Nos dieron cócteles en el hall del antiguo Cine Ideal antes de empezar con las proyecciones. En los palcos había gente con máscaras de pájaro plateadas. La luz y el sonido, el tiempo y la distancia comenzaron distorsionarse. La sensación visual y auditiva no resultaba suficientemente satisfactoria, así que empezamos a tocarnos, convirtiendo la experiencia en una orgía de cuerpos palpitantes que mutó en banquete demencial, cuando los dientes rasgaron la carne y saboreamos la sangre.

Cuando me levanté, empapado en fluidos propios y ajenos, los hombres-pájaro me concedieron la máscara.


12. Los que salimos por gusto.

Mientras hacíamos cola no paraba de preguntarme dónde estaría situado.
Entre dos millones....imagínate qué papeleta.
Algunas tardes parecía que llegaba mi turno y el movimiento me hacía auparme a lo mas alto de la cola.
Algunas noches ni me acercaba a los primeros puestos.
Y por las mañanas él no se podía levantar.
Así que esperé, en la cola...y llegó esa tarde gitana.
Deduzco que era en su coche, sonaba Camela de fondo, y estaba yo tomatoso.
Con cada movimiento me quitaba treinta mil del tirón, fuera bichos, baisch,baisch.
La cola cada vez era más pequeña. Y yo  cada vez más grande.
Así que a las 00: 48 minutos di el último arreón, deje la cola atrás y me proclamé Campeón.
Hoy tengo 3 años y doy un por culo del carajo.


13. El primer día

Mientras hacíamos cola me venían mil cosas a la cabeza. La sonrisa de mi abuela incluso con los ojos cerrados para siempre, el recuerdo de mi madre, esa carta que me sabía de memoria aunque apenas sabía leer, el olor de las montañas de mi pueblo. Del recuerdo más inmediato intentaba escapar. El mar no era tan bonito cuando estabas allí en medio indefenso.
Pronto me tocaría a mí. Me acababa de dar cuenta de que podría elegir un nombre. El que tenía me gustaba, pero decidí dejarlo atrás con mi vida anterior. Sabía poco, pero suficiente para estar seguro de que aunque me encantaban, Iniesta o Coca cola no eran adecuados. Recordé uno que había visto mil veces en una de las cintas del abuelo.
Por primera vez en semanas sonreí
El hombre del uniforme me preguntó mi nombre
Vito
Vito Andolini.


14. Preludio nº 1

Mientras hacíamos cola para el mayor evento de la historia no escrita, observé como el sexto de la fila se introducía subrepticiamente en el morral de la persona que le precedía. Fue un movimiento de mano rápido y elegante, que habría pasado totalmente desapercibido si mi acompañante no me hubiese arrojado a la contemplación con sus tediosas anécdotas.
Ya estaba abordando la conveniente retirada, cuando se detuvo de improviso. Confuso, reparó por primera vez en el extraño fruto de sus artes.   Clic.
La metamorfosis duró unos instantes. Vetas de color pardo le surcaron la piel, solidificando su postura en el proceso. Las manos adoptaron la forma de dos enormes soles, mientras el resto del cuerpo se comprimía, uniendo los extremos.
-¿Me estás escuchando?
-Oh cállate, Gilgamesh.
Y, como impulsado por mis palabras, el exratero empezó a rodar ladera abajo. Rodó, rodó y rodó... Hasta que comprendí las maravillosas aplicaciones.


15. ¡Cásate conmigo, Antonia! (el musical)

Mientras hacíamos cola en el Mercadona, me declaré:
-Antonia, cásate conmigo.
Las cajeras rompieron a palmear.
-¿Qué?
Los reponedores chasquearon sus dedos.
- Antonia, casémonos.
Una conga de jubiladas giró graciosamente con sus carritos, enmarcando mi solitaria coreografía.
-Josefa, sólo hace seis meses que nos conocemos.
-¡Cásate con ella! –Replicaron las carniceras.
-Pero Josefa, ¡somos muy jóvenes!
-¿Y qué importa, Antonia? ¡Claro que somos jóvenes! ¡Claro que llevamos poco tiempo juntas! ¡Pero nos amamos! Más de lo que nadie se ha amado en el mundo, en la galaxia... ¡incluso en este súper! Antonia, ¡quiero pasar el resto de mi vida contigo! Casémonos, compremos un piso, adoptemos un perro, tengamos niños. Antonia...
Los pescaderos bailaban valses con merluzas, los charcuteros se lanzaban fuets, los clientes zapateaban claqué, hasta que todos se cerraron en torno a nosotras, una explosión de confeti nos cubrió y, a coro, entonamos:

-¡DI QUE SÍ!


16. Santa Claus.

Mientras hacíamos cola como mandaban los cánones en silencio, en el salón de actos, todos repeinados, escuchábamos muy bajito los deseos de los compañeros, la paz en el mundo y un tren, que se acabe el hambre y una peonza, un balón y que todos los niños tengan calzado. Yo, pensando qué dos cosas iba a desear a papá Noel.
- Hola, tengo más de dos deseos, pero vayamos al grano y pediré solo dos como el resto de compañeros y como nos ha aconsejado el padre Antonio, quiero que dejes de hacer el mamarracho vestido de borracho americano y dejes el papel de los regalos a los verdaderos reyes de la navidad y quiero la destrucción total del colegio con los curas dentro, gracias majo.

Salí triunfante del salón de actos, las reuniones de después y los castigos familiares solo confirmaron mi sospecha de que además era un chivato.


17. Tiempos modernos, hábitos ancestrales

Mientras hacíamos cola te miré sin disimulo, con lascivia, analizando todas tus curvas y pliegues. Eras demasiado joven siquiera para intentarlo, demasiado perfecta para enamorarme. Te saboreé con la certeza de que el recuerdo, por anónimo, sería efímero. Tú ni te diste cuenta, concentrada en la pantallita burbujeante de colores y satisfacciones fatuas.
Creo que por fin he encontrado algo positivo en la puta dependencia tecnológica a la que estamos sometidos.


18. Meanwhile in ...

Mientras hacíamos cola hubo cosas que por mucho que intentemos explicar, no podremos. Momentos que sin querer llegaron. Palabras que en poco tiempo se acabaron. Noches que se tiñeron de sol. Silencios que irremediablemente se rompieron. Canciones y poemas que sin rimar ni esperar nos llenaron. Personas que de repente quisimos y querremos. Sonrisas que fueron sorpresas. Lágrimas amargas, largas y pesadas. Días que sin querer tenían sentido.

Mientras tanto en nuestras vidas sucedían cosas...


19. 20x17 El Súper Like

- Estábamos en la cola del cine cuando a George le llegó un Súper Like de Tinder. Me dejó tirado... - dice Jerry.
- Ajammmm... ¿ Y qué tal le fue? - pregunta Elaine moviendo los hombros de forma sugerente.
- Supongo que no muy bien.
- ¿Y eso?.
- Ya habían quedado antes pero ella no debía acordarse. La cosa terminó fatal...
- Me parto – dice Elaine al tiempo que cae sobre el sofá desternillándose de risa.

(Suena el timbre)

- ¿Sí?
- ¡Soy George!
- ¡Sube! Veamos cómo le fue a Costanzanova.

Entra George. (Silencio).

- ¿Y bien? - pregunta Jerry.
- Me echó a gorrazos de su apartamento... - contesta George tocándose la calva.

Jerry se tapa la sonrisa con una mano y Elaine disimula sus carcajadas, poniendo un cojín sobre su cara, justo cuando entra Kramer abriendo la puerta de forma abrupta.

(Piuppoupummmpiumpoppopsshhash... Tiririri).


20. Flashbacks incómodos bajo el sol

Mientras hacíamos cola para entrar al confesionario, recordamos el motivo por el cual nos hallábamos allí. El día anterior a la cita con el cura, Manuel y yo quedamos para divertirnos con los tirachinas y pensamos que valdría la pena arriesgarse en romper las vidrieras que adornaban la Iglesia del pueblo. La experiencia fue dantesca. Reconozco que por unos momentos tuve mucho miedo, pero el sonido de los cristales rotos y su lluvia de colores al caer, eran experiencias adictivas. No quedó una sola ventana intacta. Unas horas más tarde el pueblo estaba revuelto. En seguida pensamos acudir a confesarnos donde el Padre Ignacio y allí estábamos esperando nuestro turno. Le diríamos que no nos podría castigar porque tras la confesión y el arrepentimiento vendrían el perdón y la absolución triunfal.


21. Detour

Mientras hacíamos cola pensé que no llegábamos, pero a pesar de todo conseguimos entrar a tiempo. Dentro, los altavoces repetían un mensaje grabado, hay sitio para todos, mientras el sonido de la corriente circulaba torpemente por el cableado, igual que un luminoso mal encendido. Así fuimos pasando a través de puertas, tornos giratorios y distintas salas. La voz metálica nos guió hasta los andenes, allí nos distribuyeron en un par de filas y embarcamos en dos larguísimos ferrocarriles de los que era imposible ver la maquinaria. Una vez bien acomodados, ambos se pusieron en marcha. Durante largo rato discurrieron a la par, hasta que el convoy de los justos se dirigió hacia lo alto de una cadena de azuladas cordilleras, adioooós adiositos, y sacaban pañuelos y guitarras por las ventanillas; nosotros sin embargo nos precipitábamos vertiginosamente hacia un valle profundo y humeante, entre visiones, truenos, y una tormenta de fuego.


22. Mindtrap

“Mientras hacíamos cola bajo los deslumbrantes neones anunciaron que se habían acabado los hotdogs, así que a los de sexto sólo nos quedaban pizzas y ensalada. Sue, que iba delante de mí, se llenó dos platos con lechuga y mini-zanahorias. Sue es vegetariana. Detrás, Ángel estiraba el cuello tratando de ver de qué eran las pizzas, pero desde la silla de ruedas apenas llegaba a atisbar el pelo de los cocineros. Yo se lo dije, pepperoni  o meatballs.

Lo normal vaya.

Entonces los de tercero, que se sientan cerca de la puerta, chillaron: “¡Al suelo! ¡Lleva un rifle!”.

Se oyó un disparo, luego otro.

Me agaché detrás la silla de Ángel y desde ahí vi con claridad la sombra de Brett portando un arma.”

- Lo siento señorita, no me creo su declaración.

¿Sabría usted decirnos, astuto lector, por qué el inspector Sospechas no se cree el relato de Maggie?


23. Miseria

Mientras hacíamos cola para pillar un poco apareció una señora a la que no había visto nunca por ahí. Nos miraba con pena, lástima, no con asco como todos los demás, parecía que a pesar de todo nos quería. Era una mirada que yo ya conocía. No le di mucha importancia hasta que se abrazó llorando con uno de los habituales del lugar. Era su madre, deduje, y automáticamente recordé a la mía. Ella siempre me quiso a pesar de todo, incluso cuando mi padre me echó de casa ella estuvo ahí y se fue conmigo. Creía en mí aunque yo no parara de fallarle. Hace años que me marché de aquel cubil con todo lo que encontré de valor para pillar un poco, dejándola sola. ¿Qué pensaría si me viera ahora mismo? ¿Me querrá todavía? ¿Me abrazaría como esa madre?

Estuve dándole vueltas hasta que me encontré la vena.

Gran frase!!!
Me recuerda a las de las primeras ediciones.
Normales y tal

Ailaikit

La frase se me ha ocurrido mientras estaba en una cola virtual para adquirir entradas. First World Problems, ya saben. Como siempre, tras la frase pueden insertar los signos de puntuación que prefieran (o ninguno) y tantas palabras como plazcan hasta llegar al total de 150.

Otra cosa: podéis enviar relatos desde ya, pero probablemente no pueda contestar/colgarlos hasta el lunes, que tengo un finde algo repletito. Ruego su paciencia y comprensión

La frase me ha hecho recordar esto:

Spoiler:

La explicación de la rondista ya me ha arruinado una posible vía que empezaba a explorar la de la cola virtual
Suerte que era un mero pensamiento

(up por si las moscas...)

Bien, no hay erizos a la vista

Eloy escribió:Bien, no hay erizos a la vista

pues yo los veo haciendo cola

Spoiler:

Me gusta. Las ideas vuelven a mí (atroces, mayormente, pero ideas al fin y al cabo).


Mientras hacíamos cola,
la vida nos pasó de lado.
         
Paulo Coelho

Fuera de concurso.

dedicado a los tres hermanos.

Frankfurts

Mientras hacíamos cola, la Copa de Europa.

Después de un gripazo impresionante que me ha dejado fuera de combate durante dos semanas, además de que la frase del erizo no me entraba ni con calzador en el cerebro, espero retomar la sana costumbre de participar.

Bon dia.
Tengo el buzón seco.

Por fiiin una frase normalita, que últimamente se os estaba yendo la pinza!

(Ahora es cuando a mí no se me ocurre nada. )

Stoneheart escribió:Por fiiin una frase normalita, que últimamente se os estaba yendo la pinza!

(Ahora es cuando a mí no se me ocurre nada. )

Es justo lo que me está pasando. Primero alegría por la frase y luego decepción por la falta de ideas.

Mimimimi. La cuestión es no estar nunca contentos

Rhonda escribió:Mimimimi. La cuestión es no estar nunca contentos

INFORMACIÓN

Mientras hacíamos Cola Cao...

Anda......todavia no ha cambiado la frase....
m

ESTA FRASE VA A TRAER COLA...

Sigue seco el buzón?

Buzón algo menos seco. Tres relatos ya. Como ya ando por aquí, voy a colgarlos. Aunque solo sea para que os animéis. Anda que no se nota el puente...

1. Clyde

Mientras hacíamos cola comprendí que jamás me acostumbraría a esa vida. Un sudor frío recorrió mi espalda, un fuego intenso subía por mi interior, el corazón se aceleraba y hasta el último músculo de mi cuerpo se tensó. Tuve que respirar profundamente en repetidas ocasiones e intentar evadirme de la sensación de perdedor que martilleaba mi cerebro. Conseguí salir de allí, agarrado a su brazo, sin tener una recaída. Sin embargo, tres días después me dejé llevar. En el mismo sitio, tras las mismas espaldas, escuchando las mismas voces y observando aquellas caras de superioridad en unos casos y de domesticado abatimiento en otros, abrí mi abrigo, desenfundé mi escopeta recortada y grité “¡todos al suelo!”. De repente, un sonido similar al eco retumbó tras de mí. Me giré y era ella que repetía mis palabras mientras sujetaba su automática. Sentí felicidad y amarga tristeza al tiempo.

Te amo nena

2. "AÚN, A VECES"

Mientras hacíamos cola con harina y agua mi tía Carmen ordenaba los sellos del Spar para pegarlos sobre la cartilla. La lluvia y el viento azotaban las persianas pero el fuego de la cocina nos ofrecía un calor reconfortante que nos aislaba de las inclemencias del exterior.
Nunca me he sentido más a salvo que bajo el cuerpo de mi tía Carmen, sobre la mesa, manipulando el engrudo que llamábamos pegamento, cobijado bajo su cuerpo, bajo su calor corporal, bajo su suave aliento que me envolvía con una capa de protección invisible.
Aún, a veces, me siento aquel niño, protegido.

3. Husmeando en diario ajeno

Mientras hacíamos cola en la pescadería aprovechamos para meter alguna hora extra… Pusimos el ventilador en marcha y al poco todos opinaban del farmacéutico. Vivimos enredados en un laberinto de chismes y prejuicios y preferimos no encontrar salida.
Nuestra empresa se dedica a difundir rumores. Las tarifas van en función del perjuicio/beneficio que conlleve, los “voceros” que precisemos, etc… Una buena idea apenas requiere de personal.  Lo más demandado es desacreditar a alguien con algún tema de adulterio. La mayoría lo hace por pura inquina, alguno también por simple diversión, incluso escogen al azar… Deben firmar una cláusula eximente de cualquier responsabilidad derivada. Ya nos cargaron alguna muerte a la espalda. Pensarán que dedicarse a esto requiere de una ética sospechosa pero yo opino lo mismo de los miles que nos contratan. Por cierto, desmiento que nuestra empresa resida en un paraíso fiscal, será un rumor creado por la competencia.

Dos buenos chuchuts.

Coño,que eran tres.
Y uno me ha pisado la idea claramente.
Mierdaputa.

YOMISMO escribió:Coño,que eran tres.
Y uno me ha pisado la idea claramente.
Mierdaputa.

Había escrito que habían llegado dos y justo me entraba uno en el buzón, así que edité. Nada de usar post nuevos, pudiendo reciclar los ya escritos

Bon dia. Se vienen dos relatos nuevos.

4. Vagón 24

Mientras hacíamos cola, para Dios sabe qué, los guardias nos separaron de nuestros maridos, llevándolos a un grupo, mientras que los niños, ancianos y mujeres íbamos a otro grupo.
Tras raparnos el pelo, nos mandan salir fuera de un pabellón, y nos llevan a un edificio semienterrado para ducharnos y desparasitarnos... Mis hijas y yo tenemos mucho miedo... No hay humedad, no hay charcos de agua... Esto no son duchas... Te quiero Paulov... Nos veremos en el cielo junto a las niñas...

5. En el espacio nadie puede oír tus gritos

Mientras hacíamos cola para ver las imágenes que se habían grabado en la misión tripulada del Apolo 11 no éramos conscientes de lo que allí iba a acontecer. Los trabajadores de la NASA de aquel lejano 1969 nos disponíamos a ver lo que pensábamos que eran unas grabaciones que luego darían la vuelta al mundo, pero éstas nunca llegaron al gran público.

Allí estábamos contemplando los rostros llenos de tensión de Armstrong, Aldrin y Collins en el momento del despegue, la felicidad con la que se paseaban por la nave a gravedad cero o la preocupación con la que iniciaron la vuelta a casa. Los gritos de terror inundaron la sala dónde proyectaban las imágenes al ver que la misión la habían iniciado tres hombres pero la terminaron cuatro.

a ver cómo voto esta semana que estaré en el Purple... espero leerme la mayor parte antes de salir que luego con el móvil soy patosete

Stoner escribió:a ver cómo voto esta semana que estaré en el Purple... espero leerme la mayor parte antes de salir que luego con el móvil soy patosete

Si cuando vas a votar tienes problema con el formulario, postea los votos y te los introduzco.

no creo que pueda hacer mis típicos comentarios o si los hago los haré con el dictado de voz así que a ver cómo sale. Creo que me limitaré a votar, y lo mismo oculto, depende cómo esté, el tiempo que tenga, etc

One more relato right now.

6. The paradox

Mientras hacíamos cola decidí que lo iba a intentar. Fue una trastada porque estábamos a punto de comprar los tickets para el show, pero fui corriendo a mi casa, me bañé, me puse mis mejores slips y unos jeans que me hacían buen culo. Hice un poco de guitar air mientras escuchaba el rocket to Rusia de los Ramones, estaba on fire. Enchufé mi walkman (un bluesman con feelin´) y salí con mi skate patinando en footswitch. Las chicas estaban estupendas con sus tops, leggings y mini-shorts...tanto que casi me atropella una pick-up al saltarme un stop. Pasé por la puerta de un Mcdonalds (comida rápida porque te puede llevar rápido al hoyo) y de un Starbucks (aguas turbias del imperialismo), me enganché al bus para ir rápido y finalmente llegué al Trinity College. Obviamente suspendí el examen, pero es que yo de inglés no tengo ni puñetera idea.

7. Revisión médica

Mientras hacíamos cola para pasar la revisión médica todo eran risas y empujones y camisetas de tirantes y vaya calzoncillos llevas Fernández. Cuarenta críos de nueve años contentos por saltarse la clase de mates. Cuarenta críos de los cuales ninguno dio importancia a que el médico saliera del aula de gimnasia con el brazo encima del hombro del Crespo.
Tampoco le dimos importancia a que el Crespo no estuviera al día siguiente, mientras hacíamos cola para entregar los trabajos de sociales al hermano Serna. Pero los días pasaron y Crespo no aparecía y en el cole nos decían que estaba malo y nuestros padres no querían hablar de ello.
Y pasó un año y Crespo no regresó y volvimos a hacer cola para pasar la revisión médica. Y hubo risas y empujones y la tienes corta pero todos nos callamos algo. Éramos niños y la vida, sencillamente, siguió adelante.

Me gusta el 7

Rhonda escribió:6. The paradox

Mientras hacíamos cola decidí que lo iba a intentar. Fue una trastada porque estábamos a punto de comprar los tickets para el show, pero fui corriendo a mi casa, me bañé, me puse mis mejores slips y unos jeans que me hacían buen culo. Hice un poco de guitar air mientras escuchaba el rocket to Rusia de los Ramones, estaba on fire. Enchufé mi walkman (un bluesman con feelin´) y salí con mi skate patinando en footswitch. Las chicas estaban estupendas con sus tops, leggings y mini-shorts...tanto que casi me atropella una pick-up al saltarme un stop. Pasé por la puerta de un Mcdonalds (comida rápida porque te puede llevar rápido al hoyo) y de un Starbucks (aguas turbias del imperialismo), me enganché al bus para ir rápido y finalmente llegué al Trinity College. Obviamente suspendí el examen, pero es que yo de inglés no tengo ni puñetera idea.

Bien, a este ritmo infernal de recepción quizás lleguemos a 15 el miércoles al cierre

Rhonda escribió:Bien, a este ritmo infernal de recepción quizás lleguemos a 15 el miércoles al cierre

Veo peor la asistencia a la gala... Yo de entrada estaré celebrando mi cumple con mis mellis...

Bon dia. Nuevo relato.

8. INERCIA

Mientras hacíamos cola, ninguno de nosotros parecía percatarse de lo absurdo y estúpido de la situación en que nos hallábamos. Había miles de cosas mejores que hacer que pasar las horas allí de pie, aguantando el frío y el aburrimiento. No fue hasta mucho rato después cuando empezamos a preguntarnos unos a otros para qué estábamos allí, y por qué nos habíamos ido poniendo uno detrás de otro, ordenadamente, a la espera de llegar a alguna parte. Seguramente, todavía había recién llegados que, movidos por sabe Dios qué impulso, acababan de preguntar quién era el último y se unían a nuestro lento e incierto devenir. ¿Quién había sido el primero? ¿Cómo había empezado todo esto? Cuando formulé estas preguntas, caímos en la cuenta de que todavía no se había visto a nadie que hubiera llegado al final y hubiera regresado para poder respondernos.

Varias cosillas:
-Hoy estaré fuera todo el día. Envíen, claro, envíen, pero no se preocupen si no ven nada colgado hasta la noche.
-El plazo de recepción cerrará el miércoles, claro, pero lo más probable es que se amplíe más de lo habitual, dado lo raro de las fechas. ¡Seguiremos informando!

molicie esta ronda no?

Stoner escribió:molicie esta ronda no?

king size...

Is qui piníis inis frisis miy riris...

Hay frase?

Esta semana tengo demasiadas cosas en la cabeza y muy pocas ideas y tiempo. Trataré de mandar algo.