RONDA 12 SEGUNDA ERA DE LOS MICRORRELATOS. RECEPCIÓN CERRADA!! A VOTAR COMPADRES!!!

Frase de la semana: Las contraventanas golpeaban los cristales...

LAS REGLAS DEL JUEGO SON:

PUEDEN CONSULTAR LOS RELATOS DE RONDAS ANTERIORES AQUÍ:

https://docs.google.com/document/d/1jB5odLgZy0AhOo0xPpbUOefot-Ps7D2nrKfKS25i7v4/edit?pref=2&pli=1

LA MAGIA DEL SR KUPAK ES:

EL SENTIMIENTO MICRO RELATISTA, POR EL SR STONER:

Clasificación por puntos totales:

Clasificación por podiums:

1.-Niquelao.

Las contraventanas golpeaban los cristales... En lugar de quedar encalladas en el tope iban más allá, dándose de frente con su propio reflejo. Repito el movimiento varias veces, calibrando la molestia de ese pequeño estruendo e imaginando su devastador efecto con viento fuerte.  
No era lo único, la puerta principal abría hacia fuera. De los grifos azules salía agua caliente y de los rojos fría. Hasta cuatro calefacciones en una habitación dejando el resto de estancias sin ninguna más. Un camino embarrado de pisadas me dirige a la cocina, encuentro varias latas de cerveza vacías y medio bocata de calamares mordisqueado y aceitoso. En el baño, un carajón descolorido asoma al fondo del retrete, tiñendo el agua del color del café que esta mañana ya no tomaré. Cojo el móvil lleno de ira y marco…

- Por favor, pongame con el encargado …
- Benito Lopera Perrote para servirle…

2.-Te la clava

Las contraventanas golpeaban los cristales y los rompían cada vez que se levantaba una racha fuerte de viento. Lo de Calatrava es un drama.

3.-ERA A SU PADRE A QUIEN VENÍAN A MATAR.

Las contraventanas golpeaban los cristales con un ruido sordo de esos que te martillean el cerebro, era a su padre a quien venían a matar, hecho un ovillo y temblando como solo tiemblan los que miran a los ojos a la mismísima muerte luchaba contra el miedo que lo atenazaba con la fuerza de una garra cobijado en la azotea mientras las voces se confundían con el alboroto de la tormenta. Paralizado en su angustia querría salir corriendo a salvar a su papa pero sus ojos abiertos como platos dictaban otra respuesta, la del horror.

4.-SIN TITULO

Las contraventanas golpeaban los cristales sacudidos por el viento, y de vez en cuando la luz de un relámpago alumbraba todo el comedor como si, por una fracción de segundo, se hiciera de día para luego volver a la más completa oscuridad. Cerré la puerta a mis espaldas, encendí la luz y me dejé caer en el sofá. Sólo habían sido imaginaciones mías. Vivir en esta zona tan apartada tiene sus ventajas pero también sus inconvenientes. No era la primera vez que oía pasos a mis espaldas y, al girarme, no había nadie. Tenía que acostumbrarme.
Crash. Una de las ventanas se acababa de romper. Con esos golpes, tenía que ocurrir tarde o temprano. Me levanté de golpe, corrí al dormitorio y volví con una manta para tapar provisionalmente el agujero.

Entonces, a través del cristal roto, le vi la cara.

No tenía ojos.

5.-Claudia contra el monstruo

Las contraventanas golpeaban los cristales, agitadas por la súbita corriente de aire que venía de la calle; el monstruo acababa de entrar en casa.
La pequeña Claudia agarró el teléfono y marcó.
-¡Papá! ¡Papá!
Pero hacía mucho tiempo que papá ya no respondía a ese número. El monstruo se acercaba dando tumbos. Claudia se guareció en la salita. Mamá dormía, ignorante de todo. O eso quería creer.
-No te escondas, puta. Será peor.
Claudia vio la escalera plegable al lado de la puerta, descuidadamente olvidada allí. Agarró un pesado trofeo que criaba polvo en la estantería y subió. La puerta se abrió.
-Put...
El monstruo asomó la cabeza y Claudia dejó caer el trofeo. El monstruo cayó como un fardo. Apenas había sangre. ¿Estaba muerto o sólo inconsciente? Ojalá que muerto, pensó Claudia. Y se escabulló hacia su habitación, feliz porque, al menos esa noche, iba a poder dormir tranquila.

6.-Nazarín.

Las contraventanas golpeaban los cristales del sombrío manicomio, un edificio centenario, desterrado de las rutas comunes, protegido por una lóbrega arboleda que acechaba a propios y extraños. Era un mundo prohibido que médicos y enfermeros habían abandonado; los gritos desgarradores, las presencias y el inhumano sufrimiento que se respiraba en el interior resultaban asfixiantes. Así se levantó un muro alrededor de Nazarín, dejando que los internos fueran consumiéndose en su locura, devorándose unos a otros hasta desaparecer por completo.  

Pasaron décadas y generaciones; Nazarín fue sepultado en el olvido y convertido en leyenda negra. Pero la guerra castigó con dureza la región y el imparable avance de las tropas nacionales derrumbaría el muro protector tras los bombardeos. La pequeña avanzadilla falangista que se guareció durante la noche en la capilla del viejo manicomio abandonado nunca saldría de allí. Dentro de Nazarín seguían vivos y seguían comiendo carne, humana.

7.-Parte de mí

Las contraventanas golpeaban los cristales, y el crudo invierno se había adueñado por enésima vez de mi nostalgia. Todos mis cuadros eran monótonos paisajes invernales y pintarlos era la compañía que necesitaba para encontrarme a mí mismo. Las pinturas eran vida, tanto, que cuando quise darme cuenta supe que el ruido provocado por el viento en las ventanas, procedía de las dibujadas en los cuadros.

8.-Oscura era la noche y fría estaba la tierra

Las contraventanas golpeaban los cristales y aunque era oscura la noche y estaba fría la tierra mi jergón quedó empapado. Me había fijado en la forma en que ella me miraba mientras trabajaba en sus tierras, por eso cuando se presentó en mi destartalada cabaña sabía bien lo que quería. Pero en estas tierras hay pecados imperdonables a los ojos de los hombres, cuando la acompañé a la puerta de la cabaña un jinete clavó sus espuelas en el lomo de un corcel negro al otro lado del río y salió cabalgando hacia el corazón de la noche. Tengo todo preparado para huir y salgo a la puerta para mirar hacia el pueblo a cada instante, porque no me cabe la menor duda de que si las cruces comienzan a arder el diablo me visitará otra vez esta noche.

9.-Punto y aparte.

Las contraventanas golpeaban los cristales, aterradas por el esclarecedor contacto del amanecer. Su deleznables alaridos serpentearon a través de brumas y aguas estancadas. Sobrevolaron sublimes castillos y torres de cabellos dorados. Primero como una sombra, más tarde con la ineludible presencia del destino, su voces se apoderaron paulatinamente del mundo. Y el ruido reinó, el ruido asoló, el ruido conjugó.
En definitiva, el ruido me despertó.

10.-Toc, toc

Las contraventanas golpeaban los cristales de un modo extraño, como siguiendo un patrón rítmico. Teresa al principio no lo advirtió, pero al cabo de un rato esa cadencia, como un siniestro metrónomo, le despertó la curiosidad. Toc, toc...
Dejó la muñeca en el suelo y se giró hacia los cerrados ventanales del enorme salón de la enorme casa nueva, lleno de cajas y bultos por desembalar. Papá y mamá no tardarían en volver del pueblo con su hermanito y las primeras provisiones, pronto oiría el coche subiendo por el camino. Toc, toc...
Decidió salir a ver. Pasó por la cocina y salió al porche trasero, rodeó la pared sur del caserón y entonces vio a un niño empujando la contraventana, desde el exterior, con su delgado brazo. Toc, toc. Parecía su hermano, pero le faltaba el otro brazo, y la mitad del rostro.
Y justo en aquel instante escuchó las sirenas.

11.-Demasiadas películas

Las contraventanas golpeaban los cristales, la tormenta había cortado la luz hacía un buen rato, el viento silbaba entre los truenos, la caseta resistía parcamente iluminada por las brasas de la chimenea. Y allí estábamos los tres. Acurrucados en el sofá, tapados con una manta, agarrados a lo que teníamos más a mano para defendernos de asesinos en serie imaginarios que irrumpirían en el momento menos esperado. Un tronco, el atizador… y un cuchillo. Exactamente la misma postura con la que nos sorprendería la luz de la primera mañana a través de las contraventanas.

12.-Typical American Horror Story

Las contraventanas golpeaban los cristales de la putrefacta cabaña en que se encontraban. El listillo, la rubia tonta, el atlético, el graciosete y la típica chica normalita. Era la víspera del día de los muertos y los jóvenes tenían ganas de beber y realizar cuestionables prácticas para un grupo tan peculiar. No faltó la ouija, llamadas a muertos, cantos de Verónica al espejo, historias de antiguos huéspedes, lecturas de hechizos e incluso pusieron una chuleta de cerdo en la puerta de la casucha de madera. Incrédulos ellos, se echaron a dormir.
Despertaron todos en plena noche, sobresaltados por un estruendo proveniente de la puerta principal. Llegaron al salón y su incredulidad se transformo en horror al ver al bípedo lobo seguido de arpías, espíritus, zombies, brujas, espectros, niñas pálidas en pijama y demás criaturas, furiosas por haber sido despertadas. Y claro, la rubia fue la primera en ser devorada.

13.-Noches en Nueva Orleans

Las contraventanas golpeaban los cristales siguiendo un ritmo sincopado, al que se unían los goznes de las puertas al chirriar. El efecto, un tanto extraño, tornó extraordinario cuando todas las cañerías de aquella casa en ruinas se pusieron sonar, dibujando sobre el ritmo antiguas melodías de jazz.

Jamás había visto, ni oído cosa igual, así que indagué sobre el fenómeno entre la fauna local. Muchos me sonrieron sin llegar a contestar, hasta que un viejo marinero, me contó por fin la verdad.

Es la casa de Ma’Belle, la vieja bruja del jazz. Nunca la abandonó, ni cuando vino el huracán. Ahora dos veces al año, pone la casa a tocar. La noche de todos los santos, música de funeral; las melodías más alegres, la noche del Mardi Gras.

14.-Vallot.

Las contraventanas golpeaban los cristales de aquel viejo refugio de hojalata. Andrea miraba con la nariz pegada a la ventana, entre los jirones de niebla que pasaban a toda velocidad entrevió la cima y aquel punto negro, ya inmóvil. Esperó en vano a que llegara Gheser, conmocionado pensó que mejor uno que dos.

15.-Vida moderna.

Las contraventanas golpeaban los cristales. Subí rápidamente a mi habitación, antes de que se enfadasen, y puse mi mano en el marco. Esta vez dos suaves golpes en el dorso fueron suficientes, pero creo que ha llegado el momento de ir buscando una casa normal.
Aún recuerdo cuando encontré esta casa inteligente en los anuncios inmobiliarios del periódico. El alquiler era un chollo, y las primeras exigencias de la casa tampoco parecían preocupantes, hasta resultaban simpáticas: sacar a las sillas al jardín, acariciar el marco de la tele...
Pero poco a poco fueron creciendo, están llegando a un nivel bastante molesto. Me ocupan demasiado tiempo libre que en teoría debería aumentar. Incluso últimamente tienen un pequeño toque de sadismo.
Creo que debo buscar otra casa.
Mierda. Las luces del pasillo parpadean. El sistema se está actualizando.

16.-Estoy en contra.

Las contraventanas golpeaban los cristales, los contrabandistas planeaban su siguiente golpe, los contracucarachas esparcían veneno en polvo por el suelo, los contramuslos siempre han querido ser muslos jugosos y deseados, en contraataque nos pillaron cinco veces y perdimos la liga. Contra la vida no se puede luchar.

17.-Racionalismo empírico

Las contraventanas golpeaban los cristales en una secuencia fácilmente reproducible pero después de empujar con ganas un armario repleto de vajilla hasta tumbarlo, apagar y encender decenas de veces la luz por la noche, aullar y esconder objetos por toda la casa, el fantasma del niño seguía sin entender por qué nadie parecía asustarse. En el otro lado de la realidad tenían suficiente con quejarse de los vecinos y reírse de las supersticiones.

18.-El viento se la llevó

Las contraventanas golpeaban los cristales con tanta fuerza que el ruido me despertó. En uno de mis intentos por volver a dormirme, y entre el arrítmico golpeteo, intuí una presencia en la casa. Supe que era él. Tenía que ser él. Había hecho cosas malas, muy malas, rozaba el sadismo en mis últimos encontronazos. No me sorprendió que viniese a darme una lección. Quizás me lo merecía, no digo que no, pero en mi naturaleza estaba luchar contra mi destino. Así que decidí levantarme con sigilo y encaminarme hacia él. Al encender la luz vi a mi padre dejando los regalos al lado del árbol. En ese momento mi Infancia se despidió de mí para siempre, saltó por la ventana y siguió el rumbo que el incesante viento le marcaba.

19.-Espejos VII (Narciso)

Las contraventanas golpeaban los cristales (pam, pam, pam) con la misma frialdad con la que yo penetraba su cuerpo. Minutos más tarde es el mismo ruido el que se introduce, como una aguja, en mi pecho y aunque su ritmo es predecible, casi cronometrado, no deja de pillarme por sorpresa. Cada golpe un susto, un espasmo, y la respiración de mi tórax cabalgando hacia el peor de mis miedos: su mano en mi pecho.

Me levanto a oscuras y huyo desnudo hacia el baño. Enciendo la luz, me miro en el espejo. Recorro mi cuerpo al milímetro con los ojos hasta llegar a mi cara.  

Mis ojos verdes sobre mis ojos verdes, mi nariz y, de repente, mi boca. Me tengo tan a mano que quiero besarme y lo intento (pam). Y lo intento (pam). Y lo intento (pam)…

20.-Una tarde terrorífica.

Las contraventanas golpeaban los cristales como los últimos treinta años.
-¡¡Antoniaaaa!!! Se acabó, no aguanto más.
Despertó enfurecido a sus hijos que estaban tirados a la bartola.
-Ya os podeis ir vistiendo que nos vamos.
A los diez minutos aparcó su furgoneta frente a la puerta de la calería ''El Ladrillito''.
-Buenas tardes, cargueme la furgona de ladrillos, cemento y arena.
A los veinte minutos el salón de casa se convirtió en un espectaculo de polvo y martillazos.
A Antonia le estaba dando un síncope.
A los cincuenta minutos el hueco de la ventana estaba tapado por ladrillos.
-Ea!! Se acabaron los ruiditos de la puta ventana. Me da igual que suba la factura de la luz pero ,por fin, podré dormir la siesta.

21.-El joven AG

Las contraventanas golpeaban los cristales, algo que parece metafísicamente imposible pero que en este caso para asombro de todos sucedía tal cual se cuenta. Otros fenómenos extraños destacaban en esas construcciones, que parecían diseñadas por un bizco o un iluminado. Formas geométricas regladas: paraboloide hiperbólico, hiperboloide, helicoide, conoide ... todo era distinto. Puertas con dinteles holgados de talla XL, que ni abrían ni cerraban y que en rigor no deberían ni llamarse puertas. Escaleras de caracol que no tenían principio ni fin. Una acústica singular, en la que un susurro retumbaba como un trueno. Entradas espaciosas revestidas de mármol resbalaban como una pista de bolos. La caída estrepitosa de un coronel beato casi le cuesta un consejo de guerra. Su arte fue discutido por sus contemporáneos, pero un siglo después japoneses de todo el mundo hacían fotos a su obra como si no hubiera un mañana.

22.-Viernes

Las contraventanas golpeaban los cristales mientras nos mirábamos después de hacer el amor. Nunca le había visto sonreir, y ahora lo hacía con los ojos entrecerrados, sin prisas, relajada. Jamás hubiera imaginado que su razón de vivir estuviera tan cerca, entre las piernas de su compañero de oficina de toda la vida. A partir de esa lluviosa tarde de otoño, cuanto más me odiara ella, más le querría yo.

23.-El deber

Las contraventanas golpeaban los cristales. Quedaba una hora antes de que anocheciese y Samuel se apresuró para asegurarlas. El noroeste arreciaba con furia convirtiendo en agujas las minúsculas gotas de agua salada que se clavaban en su rostro. El mar rugía en su encuentro con los acantilados. Una violenta ráfaga zarandeó la escalera.

Cuando recobró el conocimiento era ya de noche, tenía una brecha en la cabeza y la pierna rota. Miró con espanto la luz apagada y un barco aparecer y desaparecer en el horizonte entre el vaivén de las olas. No podría subir las escaleras, pero cumpliría con su deber.


El capitán del petrolero llamó a la tripulación para que fueran testigos del fenómeno. Como cada noche de galerna, un resplandor emanaba de las ruinas del faro de Darkcliff, devastado años atrás por un terrible incendio que terminó con la vida del farero y su familia.

24.-Telegrafiado en el viento

Las contraventanas golpeaban los cristales con un sonido palpitante... tac, toc, tac, toc. No había nada que temer, no era más que el viento. Los cimientos del viejo caserón crujieron... croc, croc, crac. Ella no podía ya recriminarle nada.
Cada gota que perdía el grifo trepanaba su cerebro... plof, plaf, plof, plof. No fue culpa suya. Ningún juez podía condenarlo.
El carillón martilleaba sus tímpanos a cada segundo... cloc, clac, clac, cloc. Cerró los ojos y vio las manos de ella aleteando en las aguas en vano implorando ayuda, mientras él abría la puerta del coche y nadaba hacia su miserable salvación. No pudo hacer nada, de verdad que no.
El picaporte aporreó la puerta principal haciendo retumbar las estancias... ¡bong, bang! Era ella llamándole, estaba seguro. Los pulmones se encogieron oprimidos por una mano invisible. No iba a necesitar aire en el fondo del lago.

25.-Ventanas vigiladas

26.-Ahí afuera

Las contraventanas golpeaban los cristales mientras la tormenta descargaba su furia contra la fachada. Relámpagos que se hacían truenos retumbaban por toda la calle. Los peatones se desplazaban casi levitando hacia sus destinos, asfixiados por los aparatosos parasoles que los cobijaban. Mientras tanto, yo dormía. A un segundo de tu boca, dormía. Pensando en la suerte que tenía, dormía. Ignorando que no me despertaría, dormía.

27.-La casa encantada y yo también

Las contraventanas golpeaban los cristales con más ritmo que fuerza, como si jugaran a molestarlos. Oscurecía en la calle y apenas pude distinguir un gato oscuro paseando sobre el tejado de la casita de huéspedes que ocupaba Vanesa desde hace días. Me fijé en su ropa interior tendida en la terraza y dos ideas vinieron a mí de forma repentina. La primera no viene al caso, la segunda fue darme cuenta de que no había viento, pues la ropa no se movía.
Una mezcla de miedo y furia se apoderó de mí, ahuyentando aquella efímera erección y alertando mi cerebro.
Cogí un martillo y me acerqué a la ventana, la abrí y destrocé las contraventanas a hostias pues eran ellas, y no el viento, las culpables. También acabé con la vida de aquellos putos cristales, que tal vez tuvieran algo de culpa también. Vete a saber.
Ahí viene Vanesa, vamos a ver si hoy ...

28.-Tierra removida

Las contraventanas golpeaban los cristales al desigual ritmo del viento. Estaban prácticamente hechas añicos pero servían perfectamente para su propósito en esa destartalada casa perdida en medio de la nada. Ya había pasado mucho tiempo y la muerte estaba a la vuelta de la esquina. Rememoró sus inicios en plena 2ª guerra mundial trabajando para los nazis. Luego llegaron los comunistas y su cometido siguió siendo el mismo. Cuando llego la supuesta democracia pensó que le juzgarían por sus horrendos crímenes. Pero en realidad nada había cambiado. Ahora ya estaba retirado pero su aprendiz había igualado su maestría.  Un día decidió visitar la casa por última vez para verle en acción. Y poder disfrutar de la sensación de poder e impunidad que le daba ir paseando hasta un campo no muy lejano en dónde se podía ver todavía la tierra removida en innumerables ocasiones.

29.-Traumático día de R.

Las contraventanas golpeaban los cristales, como cada noche fría de enero. Pero no fue eso lo que la despertó. Su impaciencia hizo que abriese los ojos mucho antes de que saliese el día. Ella, la excitación imbuida en un pequeño cuerpo de diez años, llevaba tiempo esperando ese momento.

Desde el salón, el reloj de cuerda anunciaba las cinco. Una extraña sensación invadió su cuerpo, sentía que aún no era hora para estar despierta. Pero no podía volverse a dormir, se sentía más viva que nunca. Su cuerpo le pedía saltar de la cama, su corazón bombardeaba más rápido de lo que su actividad física requería. Sus pensamientos eran como oleadas que se acercaban a la orilla deshaciéndose. La lentitud con la que avanzaban los segundos era agonizante.

Encontrarse una máquina de coser en lugar de su tan deseada máquina de escribir fue su mayor pesadilla durante años.

En vista de que no había mucho consenso respecto a la ronda de terror, propongo una frase intermedia. Los que quieran ronda de terror tienen el escenario perfecto para sacar la Ouija en una noche tenebrosa y ventosa, o si tienen a bien sacar el cuchillo del abuelo y que no quede ni Perry...

Buena frase aunque creo que se la has dejado votando al sr. Don

Nomeko7 escribió:Buena frase aunque creo que se la has dejado votando al sr. Don

Esa sensación no es nueva ¿no? Creo que la frase da para terror o para elegir otros caminos, espero grandes cosas de tí Nomeko!!

Gran frase, a ver si me sale algo interesante de terror, que últimamente solo escribo comedietas y no me va mu bien.

Criminal pentatónico escribió:

Nomeko7 escribió:Buena frase aunque creo que se la has dejado votando al sr. Don

Esa sensación no es nueva ¿no? Creo que la frase da para terror o para elegir otros caminos, espero grandes cosas de tí Nomeko!!

no. Para nada.

Me gusta, daré todo de mí para lograr un séptimo puesto. A ver qué sale.

Muy buenos días,

Mi mayordomo desea felicitar al Sr Crimi por su victoria. También desea hacerles llegar su decisión de volver a sus tareas cotidianas, preparar zumos, ordenar trajes y mantener en orden la colección de discos y escritos. Lo lamenta mucho, y les quiere hacer llegar sus disculpas y su atrevimiento, así como su profunda determinación de no volver a mandar relatos en mi nombre.

Saludos de Néstor,

Don

Puto robot

To know him is to love him

DON escribió:Muy buenos días,

Mi mayordomo desea felicitar al Sr Crimi por su victoria. También desea hacerles llegar su decisión de volver a sus tareas cotidianas, preparar zumos, ordenar trajes y mantener en orden la colección de discos y escritos. Lo lamenta mucho, y les quiere hacer llegar sus disculpas y su atrevimiento, así como su profunda determinación de no volver a mandar relatos en mi nombre.

Saludos de Néstor,

Don

Hay frase ya?

Me gusta la frase, como bien dice Crimi es neutra para relatos de cualquier género, incluyendo por supuesto los de canguelo.


Amos a por ello...

¿Alguien tiene el teléfono de Don?

Es que llamo y me sale siempre la carnicería Sanzot

Ahí van unas canciones de viento y ventanas:

tacitus escribió:¿Alguien tiene el teléfono de Don?

Es que llamo y me sale siempre la carnicería Sanzot

Fresx escribió:

Hendrik Röver & The Pilgrim Rose - Casa Abandonada

Ohhhhh el gran maestro!

¡La rebelión de las contraventanas!
La disidencia arquitectónica siempre tendrá mi apoyo.

Si las contraventanas golpean los cristales es que están muy mal hechas, lo normal es que acaben rompiéndolos. Lo normal, supongo, será que la contraventana golpee el marco de la ventana pero no sus cristales, no se, me ha cortado el rollo este pensamiento inicial visualizando la escena.

Soporte escribió:Si las contraventanas golpean los cristales es que están muy mal hechas, lo normal es que acaben rompiéndolos. Lo normal, supongo, será que la contraventana golpee el marco de la ventana pero no sus cristales, no se, me ha cortado el rollo este pensamiento inicial visualizando la escena.

Es una casa fantasmagórica o ruinosa

Criminal pentatónico escribió:

Soporte escribió:Si las contraventanas golpean los cristales es que están muy mal hechas, lo normal es que acaben rompiéndolos. Lo normal, supongo, será que la contraventana golpee el marco de la ventana pero no sus cristales, no se, me ha cortado el rollo este pensamiento inicial visualizando la escena.

Es una casa fantasmagórica o ruinosa

Las contraventanas son los porticons en catalán, y yo visualizando la escena lo primero que me ha venido a la cabeza, rememorando mi infancia en la casa de mis padres en la montaña, es el tesamoll que evitaba -o trataba de evitar- que se colara el puto viento invernal por los resquicios de la ventana. 



Aún no sé cómo meter el tesamoll en un relato de terror, pero estoy en ello...

Me gusta la frase.

Da para todos los generos. Incluido porno duro.

Eloy escribió:

Criminal pentatónico escribió:

Soporte escribió:Si las contraventanas golpean los cristales es que están muy mal hechas, lo normal es que acaben rompiéndolos. Lo normal, supongo, será que la contraventana golpee el marco de la ventana pero no sus cristales, no se, me ha cortado el rollo este pensamiento inicial visualizando la escena.

Es una casa fantasmagórica o ruinosa

Las contraventanas son los porticons en catalán, y yo visualizando la escena lo primero que me ha venido a la cabeza, rememorando mi infancia en la casa de mis padres en la montaña, es el tesamoll que evitaba -o trataba de evitar- que se colara el puto viento invernal por los resquicios de la ventana. 



Aún no sé cómo meter el tesamoll en un relato de terror, pero estoy en ello...

Tras los jacobites se avecinan deadites...

Oh, sí. La casa de mis padres también tiene contraventanas. Y como es oscura como ella sola, jamás necesitamos cortinas...

Eh, Crimi; tengo un relato FAN-TÁS-TI-CO... si me subes las palabras a 250

Pero como van a golpear los cristales?

Estarán mal puestas entonces no?

Habra un hueco entre la contraventana y el cristal no?

Rhonda escribió:Eh, Crimi; tengo un relato FAN-TÁS-TI-CO... si me subes las palabras a 250

Por mí no hay problema, dale gas

Stoner escribió:Pero como van a golpear los cristales?

con furia e intensidad

Stoner escribió:Estarán mal puestas entonces no?

el efecto del huracán

Stoner escribió:Habra un hueco entre la contraventana y el cristal no?

si, pero a veces no es suficiente....

m

Procedo a regalaros esta canción porque sí; porque os quiero y me caéis bien (y no tiene nada que ver con la frase de Crimi, la verdá):

Después de las sirenas, las estaciones blancas y los gromenagüers, ¿ahora os ponéis exquisitos con que si la contraventana no le da de lleno al cristal?

Tiene buena pinta. A ver si me funciona el neuronamen.

Por cierto, Crimi, mañana te envío la clasificación actualizada que hoy he tenido un día muuuy largo.

Rhonda escribió:Procedo a regalaros esta canción porque sí; porque os quiero y me caéis bien (y no tiene nada que ver con la frase de Crimi, la verdá):

Temazo de un gran grupo

Rhonda escribió:Eh, Crimi; tengo un relato FAN-TÁS-TI-CO... si me subes las palabras a 250

Pon la letra más chica, los relatos los mido con una regla

Stoneheart escribió:Tiene buena pinta. A ver si me funciona el neuronamen.

Por cierto, Crimi, mañana te envío la clasificación actualizada que hoy he tenido un día muuuy largo.

No hay prisa, a disfrutar!

Criminal pentatónico escribió:

Rhonda escribió:Eh, Crimi; tengo un relato FAN-TÁS-TI-CO... si me subes las palabras a 250

Pon la letra más chica, los relatos los mido con una regla

Por otro lado, para los tiquismiquis, nadie os dice que los cristales golpeados hayan de ser los de las ventanas. 


Expandid vuestra mente, hippies...

Eloy escribió:Por otro lado, para los tiquismiquis, nadie os dice que los cristales golpeados hayan de ser los de las ventanas. 


Expandid vuestra mente, hippies...

¿Serán sobre los de las gafas de el asesino?

Eloy escribió:Después de las sirenas, las estaciones blancas y los gromenagüers, ¿ahora os ponéis exquisitos con que si la contraventana no le da de lleno al cristal?

Veo nervios.

Todavía no tengo canción. Y sin canción no hay relato. He tomado malos hábitos...

DON escribió:

Eloy escribió:Después de las sirenas, las estaciones blancas y los gromenagüers, ¿ahora os ponéis exquisitos con que si la contraventana no le da de lleno al cristal?

Veo nervios.

La noche de todos los santos, ya sabes. 


El microrrelatista es supersticioso per se...

Eloy escribió:

DON escribió:

Eloy escribió:Después de las sirenas, las estaciones blancas y los gromenagüers, ¿ahora os ponéis exquisitos con que si la contraventana no le da de lleno al cristal?

Veo nervios.

La noche de todos los santos, ya sabes. 


El microrrelatista es supersticioso per se...

Spoiler:

DON escribió:

Eloy escribió:

DON escribió:

Eloy escribió:Después de las sirenas, las estaciones blancas y los gromenagüers, ¿ahora os ponéis exquisitos con que si la contraventana no le da de lleno al cristal?

Veo nervios.

La noche de todos los santos, ya sabes. 


El microrrelatista es supersticioso per se...

Voto por quedar todos la noche del 31 en un bosque y leer 'El monte de las ánimas' de Bécquer a la luz de las velas...

Mejor Beckett, da mas miedo...

Rhonda escribió:

DON escribió:

Eloy escribió:

DON escribió:

Eloy escribió:Después de las sirenas, las estaciones blancas y los gromenagüers, ¿ahora os ponéis exquisitos con que si la contraventana no le da de lleno al cristal?

Veo nervios.

La noche de todos los santos, ya sabes. 


El microrrelatista es supersticioso per se...

Voto por quedar todos la noche del 31 en un bosque y leer 'El monte de las ánimas' de Bécquer a la luz de las velas...

Durante años mi mujer y yo leímos juntos ese relato cada noche de Todos los Santos, tras la castañada, como una tradición. Verídico. 

Deberíamos retomarlo...

Eloy escribió:

Rhonda escribió:

DON escribió:

Eloy escribió:

DON escribió:

Eloy escribió:Después de las sirenas, las estaciones blancas y los gromenagüers, ¿ahora os ponéis exquisitos con que si la contraventana no le da de lleno al cristal?

Veo nervios.

La noche de todos los santos, ya sabes. 


El microrrelatista es supersticioso per se...

Voto por quedar todos la noche del 31 en un bosque y leer 'El monte de las ánimas' de Bécquer a la luz de las velas...

Durante años mi mujer y yo leímos juntos ese relato cada noche de Todos los Santos, tras la castañada, como una tradición. Verídico. 

Deberíamos retomarlo...

Maravilloso.

Explique usted lo de la castañada, suena tan estrepitoso que siento curiosidad...

DON escribió:Explique usted lo de la castañada, suena tan estrepitoso que siento curiosidad...

Es la versión catalana del Halloween. Que vamos, no se hace nada especial; comer castañas y boniatos asados y beber moscatel...