Indicios de la distopía a la que nos encaminamos.

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Indicios de la distopía a la que nos encaminamos.  - Página 2 Empty Re: Indicios de la distopía a la que nos encaminamos.

Mensaje por Vampa Lun Mar 12 2018, 13:58

Maniac escribió:¿por que asociais de forma irremisible desnudo con sexo?  

desnudo no es igual a sexo siempre, pero la asociación tampoco es descabellada. Hay un vínculo estrecho, creo.

La conexión que no acabo de ver es la del uso del desnudo / sexo / eroticismo con una práctica opresiva, cosificadora, o cosas peores; ya sea en publicidad o en otros ámbitos. El sexo es vida, parte de lo que somos, también es poder... Me parece una sobresimplificación.

Y ojo, entiendo que existe una asimetría pues se muestra con mucha mas frecuencia el cuerpo femenino como objeto que el masculino, lo cual es una crítica válida, pero creo que entonces se trata de un problema cuantitativo mas que cualitativo. Para entendernos, un anuncio de Fa de vez en cuando no es para tirarse de los pelos, pero 100 al día es otra cosa.

Diría que este ultimo matiz es importante, porque a veces me da la impresión de que se haya desplazado la crítica a lo segundo, a que mostrar ciertas cosas es por defecto malo, y creo que como reacción a eso es de donde vienen las contra-críticas de puritanismo, mojigatería, etc.
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Mensaje por Maniac is out Lun Mar 12 2018, 14:00

red_shoes escribió:
Maniac escribió:¿Que ha pasado para que el cuerpo humano desnudo sea un proscrito en los medios actuales?

¿por qué es ilegal que una cadena pública programe cine explicito?

¿que tratan de conseguir con tal medida? ¿nos protegen de algo?

¿Que el desnudo o semidesnudo en los medios, publicidad etc se ha limitado al femenino?


Se a qué te refieres, pero las pollas no las quitan en el porno. Aunque siga siendo en su concepto bastante asquerosamente retrogrado. El porno es ilegal en los medios públicos, a las cuatro de la mañana, por ejemplo, no pueden ponerlo, ni a ninguna.
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Mensaje por Maniac is out Lun Mar 12 2018, 14:03

atila escribió:Leeros el libro Super-Cannes de J.G. Ballard.

Una clase alta con varios psicópatas en su círculo, actuando como tal al reunirse. Muy disfrutable.

Ya hay algo así bastante latente, la distancia cada vez mayor entre clases...

Da la sensación que cualquier barbaridad apocalíptica que uno invente acabará sucediendo.

Super Cannes es High Rise??? o es temática recurrente en Ballard??
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Mensaje por Maniac is out Lun Mar 12 2018, 14:06

Vampa escribió:
Maniac escribió:¿por que asociais de forma irremisible desnudo con sexo?  

desnudo no es igual a sexo siempre, pero la asociación tampoco es descabellada. Hay un vínculo estrecho, creo.

La conexión que no acabo de ver es la del uso del desnudo / sexo / eroticismo con una práctica opresiva, cosificadora, o cosas peores; ya sea en publicidad o en otros ámbitos. El sexo es vida, parte de lo que somos, también es poder... Me parece una sobresimplificación.

Y ojo, entiendo que existe una asimetría pues se muestra con mucha mas frecuencia el cuerpo femenino como objeto que el masculino, lo cual es una crítica válida, pero creo que entonces se trata de un problema cuantitativo mas que cualitativo. Para entendernos, un anuncio de Fa de vez en cuando no es para tirarse de los pelos, pero 100 al día es otra cosa.

Diría que este ultimo matiz es importante, porque a veces me da la impresión de que se haya desplazado la crítica a lo segundo, a que mostrar ciertas cosas es por defecto malo, y creo que como reacción a eso es de donde vienen las contra-críticas de puritanismo, mojigatería, etc.

Como todo, depende del uso individual.

Al ver un cuchillo muchos pensaran en jamón serrano, y algunos otros en gargantas humanas.

En cualquier caso, creo que la publicidad, parte de mis estudios se basaron en ella, atiborra a los dos sexos con el objetivo de nublar su criterio poniendolos cachondos. Y esto no obedece más que a estudios en los que...si lo que pone cachondas a las mujeres son los pectorales, saldrán pectorales... si fuera la punta del capullo, ya buscarían la forma de sacarla. (espárragos carretilla)
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Mensaje por Vampa Lun Mar 12 2018, 14:26

Maniac escribió:
atila escribió:Leeros el libro Super-Cannes de J.G. Ballard.

Una clase alta con varios psicópatas en su círculo, actuando como tal al reunirse. Muy disfrutable.

Ya hay algo así bastante latente, la distancia cada vez mayor entre clases...

Da la sensación que cualquier barbaridad apocalíptica que uno invente acabará sucediendo.

Super Cannes es High Rise??? o es temática recurrente en Ballard??

super cannes es lo unico que me he leido de ballard, me gustó bastante como transmitia una sensación de violencia latente bajo las diferentes capas de la sociedad.

High-rise solo he visto la peli, y diria que se mueve en terrenos similares, pero es de las pocas peliculas recientes que no he terminado de ver, ni he querido. Y mira que técnicamente está cuidada, pero vaya cosa mas deslavazada e inconexa...
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Mensaje por morley Lun Mar 12 2018, 14:36

Una turba arremolinada contra la puerta del cuartel de la guardia civil pidiendo justicia popular.
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Mensaje por Maniac is out Lun Mar 12 2018, 14:43

Vampa escribió:
Maniac escribió:
atila escribió:Leeros el libro Super-Cannes de J.G. Ballard.

Una clase alta con varios psicópatas en su círculo, actuando como tal al reunirse. Muy disfrutable.

Ya hay algo así bastante latente, la distancia cada vez mayor entre clases...

Da la sensación que cualquier barbaridad apocalíptica que uno invente acabará sucediendo.

Super Cannes es High Rise??? o es temática recurrente en Ballard??

super cannes es lo unico que me he leido de ballard, me gustó bastante como transmitia una sensación de violencia latente bajo las diferentes capas de la sociedad.

High-rise solo he visto la peli, y diria que se mueve en terrenos similares, pero es de las pocas peliculas recientes que no he terminado de ver, ni he querido. Y mira que técnicamente está cuidada, pero vaya cosa mas deslavazada e inconexa...


A mi no me gustó, la programamos en el festival de cine en el que curraba antes... y hubo gente que quería ahorcarnos, y otros muchos felicitarnos. Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing
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Mensaje por nicaster Miér Mar 14 2018, 11:02

La verdad es que yo empiezo a pensar, tras los últimos días, que ya estamos viviéndola.
Al menos en lo que a control social se refiere.

Una noticia, relacionada con el neolenguaje: http://www.lavanguardia.com/economia/20180311/441444412468/rae-compromete-empresarios-modificar-definicion-lujo.html
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Mensaje por Maniac is out Miér Mar 14 2018, 11:49

nicaster escribió:La verdad es que yo empiezo a pensar, tras los últimos días, que ya estamos viviéndola.
Al menos en lo que a control social se refiere.

Una noticia, relacionada con el neolenguaje: http://www.lavanguardia.com/economia/20180311/441444412468/rae-compromete-empresarios-modificar-definicion-lujo.html

Alucinante. Síntoma inequívoco de los tiempos que vivimos. No cambies tú, obliga a cambiar la forma de referirse a ti.
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Mensaje por Vampa Miér Mar 14 2018, 12:45

Maniac escribió:
nicaster escribió:La verdad es que yo empiezo a pensar, tras los últimos días, que ya estamos viviéndola.
Al menos en lo que a control social se refiere.

Una noticia, relacionada con el neolenguaje: http://www.lavanguardia.com/economia/20180311/441444412468/rae-compromete-empresarios-modificar-definicion-lujo.html

Alucinante.   Síntoma inequívoco de los tiempos que vivimos. No cambies tú, obliga a cambiar la forma de referirse a ti.

Sigo pensando que no hay que ser tan apocalíptico, la RAE tampoco impone nada.

Ahora, lo de la neolengua a la carta es una desgracia, vengan de donde vengan los intereses. "No me gusta esta palabra, que la cambien, a mi agrado eso sí". Pues pongámonos a la fila, que es larga.

Lo que sí es lamentable de esta noticia, es que escuchen y accedan a las peticiones de un colectivo de empresarios de alta gama (lideradas por un marqués nada menos, tócate los huevos), pero no ante las de otros. Hay quien puede y quien no, nada nuevo bajo el sol, pero vaya tela.

espero que arturito tenga algo que decir a esto.
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Mensaje por TIENENOMBRESMIL Miér Mar 14 2018, 13:04

Vampa escribió:
Maniac escribió:
nicaster escribió:La verdad es que yo empiezo a pensar, tras los últimos días, que ya estamos viviéndola.
Al menos en lo que a control social se refiere.

Una noticia, relacionada con el neolenguaje: http://www.lavanguardia.com/economia/20180311/441444412468/rae-compromete-empresarios-modificar-definicion-lujo.html

Alucinante.   Síntoma inequívoco de los tiempos que vivimos. No cambies tú, obliga a cambiar la forma de referirse a ti.

Sigo pensando que no hay que ser tan apocalíptico, la RAE tampoco impone nada.

Ahora, lo de la neolengua a la carta es una desgracia, vengan de donde vengan los intereses. "No me gusta esta palabra, que la cambien, a mi agrado eso sí". Pues pongámonos a la fila, que es larga.

Lo que sí es lamentable de esta noticia, es que escuchen y accedan a las peticiones de un colectivo de empresarios de alta gama (lideradas por un marqués nada menos, tócate los huevos), pero no ante las de otros. Hay quien puede y quien no, nada nuevo bajo el sol, pero vaya tela.

espero que arturito tenga algo que decir a esto.

Mientras, gitano sigue teniendo la acepción de trapacero...
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Mensaje por RockRotten Miér Mar 14 2018, 13:12

Pues por mi que se inunde todo de pollas, chochos, tetas, pechos, culos, masculinos, femeninos, y todo iría mejor, tanta tontería ya, hombre!!!

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Mensaje por RockRotten Miér Mar 14 2018, 13:14

Van escribió:
Entiendo que el motivo de no emitir porno en abierto es que pueden verlo los niños

¿A las 4 de la mañana? Laughing


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Mensaje por RockRotten Miér Mar 14 2018, 13:16

Otra distopía posible es que al final el mundo será propiedad de los niños

Ellos mandarán

Todo se hará en función de sus gustos, preferencias, educación, beneficio particular, etc... mientras el resto de la sociedad vivirá subyugada a ellos, padres incluidos, sin que el mundo adulto tenga poder de decisión alguno.......

oh..... wait!!!!

Laughing

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Mensaje por TIENENOMBRESMIL Miér Mar 14 2018, 13:17

RockRotten escribió:
Van escribió:
Entiendo que el motivo de no emitir porno en abierto es que pueden verlo los niños

¿A las 4 de la mañana?  Laughing


O, yo que sé, que ya todo el mundo tiene acceso a porno, del tipo específico que queiran, en internet, sin tener que esperar a ver que han decidido programar o espera a esa hora...
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Mensaje por RockRotten Miér Mar 14 2018, 13:18

TIENENOMBRESMIL escribió:
RockRotten escribió:
Van escribió:
Entiendo que el motivo de no emitir porno en abierto es que pueden verlo los niños

¿A las 4 de la mañana?  Laughing


O, yo que sé, que ya todo el mundo tiene acceso a porno, del tipo específico que queiran, en internet, sin tener que esperar a ver que han decidido programar o espera a esa hora...

en ese caso, puesto que ya hay acceso tan sencillo, ¿por qué no un poquito más en la tele de toda la vida para ese público que aun se resiste o no tiene acceso a las nuevas tecnologías?

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Mensaje por TIENENOMBRESMIL Miér Mar 14 2018, 13:24

A ver, que yo estoy a favor de la "des-sexualización" del cuerpo humano. Todos deberíamos estar acostrumbrados desde pequeños a ver gente desnuda sin tener que ser en un contexto sexual.
Solo aportaba una posible explicación. Igual que con las personas existe ese principio de "no atribuyas a la maldad, lo que puede ser explicado con la estupidez", con las empresas casi siempre se cumple el "no atribuyas a cualquier criterio ideológico lo que puedas explicar con temas económicos".


Última edición por TIENENOMBRESMIL el Miér Mar 14 2018, 15:55, editado 1 vez
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Mensaje por RockRotten Miér Mar 14 2018, 13:28

joder, acabo de practicar la autocensura facepalm

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Mensaje por morley Jue Nov 21 2019, 12:15

SERGIO DE CASTRO SÁNCHEZ escribió:Hace unos pocos años tuve la oportunidad de ver, el día de su estreno, la magnífica Blade Runner. Y parece que en estos mediados de los años 80 en que vivimos el futuro preocupa —en concreto lo hace el año 2019— porque hoy he tenido la oportunidad de ver un nuevo estreno cinematográfico ambientado en esa fecha.

Mi primera decepción ha sido la de no ver coches voladores. De hecho, se muestra un mundo, en general, visualmente menos futurista que el retratado en la maravillosa obra dirigida por Ridley Scott. Las monumentales y reiteradas pantallas han sido sustituidas por otras de tamaño reducido que, siendo también autónomas, acompañan a la población en todos y cada uno de los momentos de sus vidas. Las imágenes han tomado un camino diferente en su propósito de inundar cada rincón de la existencia del ser humano.

En su vagabundear por las ciudades, los ojos de los y las pobladoras de este nuevo mundo futuro se muestran siempre fijos en sus pantallas mientras sus dedos las golpean y se arrastran por ellas repetitiva y compulsivamente. Cuando se reúnen en grupo, sus perpetuas miradas siguen esclavizadas por el tenue resplandor de los “móviles” —su sustancialidad se encuentra en la posibilidad de que les acompañen en todo momento— sobre sus rostros. Nadie se mira. Nadie se comunica con nadie más que para enseñarle algo de su propia pantalla. Sonríen. Se indignan. Sueltan improperios. Vuelven a dirigir sus miradas a sus pequeños artilugios, aprisionados entre las manos de unos cuerpos que conjugan desidia y tenacidad. Casi cualquier acto rutinario gira en torno a ellas, convertidas en una especie de apéndice —entre lo tecnológico y lo existencial— de sus cuerpos biológicos y de sus vidas. Al parecer, las personas se comunican a través de esas pantallas. A veces hasta se hablan —y se ven— a través de ellas. Se presiente todo un mundo de fascinante esclavitud agazapado tras sus rutilantes destellos.

No son pocos los que han sustituido lo que en los 80 consideramos real por ese otro mundo “global” y “digital” al que la población tiene acceso de manera instantánea desde cualquier lugar en el que se encuentren. “Internet” es, más bien, un no-lugar que se ha transformado en “el Lugar” de lo real.

Poco a poco, pude percatarme de que esas pantallas ocultaban un poder inimaginable en la actualidad. Unas pocas empresas controlan todo lo que allí sucede. Al parecer, los “gigantes tecnológicos” han optado por crear de cero un nuevo mundo en el que ejercer su poder, una vez que el mundo de la materia ya tenía dueños desde hacía mucho.

Pude enterarme de que todo lo que contribuye a la construcción de ese mundo y esa verdad son fundamentalmente vídeos, imágenes y textos cortos que —a pesar de que en términos actuales denominaríamos “falsos”— son compartidos por los usuarios en unas “redes sociales” que han ocupado el lugar del antiguo mundo de las relaciones sociales. Quien no forma parte de esas “redes” es tenido como alguien que ha renunciado —el participar de ellas es un hecho “natural”, el no hacerlo es producto de una decisión contranatura— a una parte importante del estar vivo; alguien cuya existencia es considerada disminuida, paralela al mundo de la verdad y de la vida. En cualquier caso, no queda claro en la película que realmente exista ese tipo de personas: no hay manera de saberlo con seguridad. Lo que ahora consideramos “real” ha pasado a ser una forma de realidad subyacente al verdadero mundo, al que llaman mundo “virtual”.

Las personalidades importantes llegan a tener millones de “seguidores” en las “redes sociales”. Hay quien se hace millonario simplemente acumulando followers en ellas. La gente de a pie puede acumular cientos de “amigos”. Lo social se ha vuelto etéreo e intangible —líquido puede que lleguen a pensar algunos— mientras la sociedad muere.

Todos y todas quieren entrar a formar parte de ese mundo de imágenes compartidas a través de sus pequeñas pantallas. Su existencia en esa nueva realidad cobra presencia a través de empresas (en realidad el plural casi estaría de más) que les permiten “colgar” sus propias imágenes en la “red” para que, literalmente, el mundo entero pueda observarles y, de este modo, dar fe de su existencia. Un reconocimiento en la mirada distraída de los demás que conjugan con el orgullo y defensa extrema de su supuesta individualidad y autonomía. “La sociedad no existe”, increpan algunos de ellos a través de la “redes sociales”.

Su ser material también se convierte en subyacente a la realidad “paralela” de sus cuerpos, meros instrumentos de su imagen “virtual”, devenida ya como Real. Si es necesario, se fotografían ante el horror si eso les permite tener más followers, si eso contribuye a abarcar un margen más amplio de la realidad compartida develada tras las pantallas. Algunos incluso fallecen tratando de encontrar esa imagen que, una vez desaparecidos materialmente, se vuelve “viral”. Valió la pena.

Conforme avanza la trama, uno se percata de que las empresas que controlan lo que sucede en ese nuevo mundo que ellas mismas han creado han obtenido su poder a través de la monitorización y recopilación tanto de todo lo que hace la población a través de los “móviles” como de sus movimientos por el mundo que ahora llamamos real. Cada instante de sus vidas es convertido por alguien en dinero mientras dotan a esas empresas de un conocimiento sobre cada individuo que no tienen ni ellos mismos. “Sabemos lo que vas a desear antes de que tú mismo lo sepas”, dice con orgullo esta nueva clase de empresarios clarividentes y todopoderosos. Resulta, encima, que todos los datos que recopilan son vendidos a empresas y gobiernos permitiéndoles controlar tanto los insaciables deseos consumistas de la población como sus ideas políticas. El liberalismo proclama, de nuevo, la libre empresa como fundamento ineludible de la libertad y la democracia.

Ese monopolio de lo “virtual” colabora —en ocasiones de manera abierta y en otras por inacción—con grupos políticos fascistas, algunos de los cuales han llegado al poder gracias a la manipulación y la mentira que ejercen impunemente a través de la “red”. Un presidente fascista con claros síntomas de desequilibrio mental ha ocupado la Casa Blanca. Otras potencias mundiales han corrido la misma suerte. Muchos otros países apenas consiguen resistir la embestida de unos energúmenos que la población ha asimilado como una opción política más; como su salvación, incluso. Los golpes de estado se suceden en América Latina.

El fascismo se ha vuelto el centro de la vida política de prácticamente el mundo entero. O lo que es lo mismo, de todo tipo de pantallas: telediarios, programas matutinos de televisión, periódicos “digitales”, “redes sociales”... Los gobiernos fascistas llegan a encerrar a niños y niñas que huyen de la pobreza en celdas fronterizas hasta que, algunos, mueren separados de sus madres y padres; en otros casos, niegan la ayuda a quienes acaban siendo encontrados inertes en las playas en donde los turistas apenas levantan la cabeza de sus “móviles” para observar los cuerpos hinchados que las mareas arrojan a unos pies que juegan y se entrelazan con la suave y cálida arena. La lista de atrocidades no tiene fin. Los fascistas inundan las pantallas para defender la libertad, la igualdad y la justicia. Aplausos.

Algunos alertan de la posibilidad del fin del mundo. O al menos del fin de la vida humana tal y como la conocemos. Las imágenes de una naturaleza devastada por la contaminación y la muerte se suceden. No son pocos los que se ven aterrorizados ante la posibilidad de la extinción y hacen uso de sus pequeñas pantallas para divulgar con frenesí el peligro en el que se encuentran. Los fascistas, sin embargo, niegan que las empresas que les subvencionan tengan alguna responsabilidad en una situación imaginaria producto de una psicosis creada por ciertos oscuros poderes no se sabe bien con qué finalidad. Algunos afirman que la tierra es plana.

Sí, como siempre, hay gente que no se conforma o que no puede aguantar más. Las imágenes de la policía y del ejército reprimiendo a la población se suceden a lo largo y ancho del planeta. Algunos piden democracia. Otros, simplemente, que se les dé la posibilidad de no morir de inanición. A todos y todas se les encarcela, se les golpea, se les tortura o se les asesina en nombre de la democracia y la libertad. Partidos “socialistas” participan de todo ello y mantienen o tratan de aprobar leyes que restrinjan aquellos derechos que a sus antecesores les costó sangre que fueran reconocidos. Los líderes —ahora también lideresas— mundiales se reúnen en lujosos hoteles y hablan de progreso y crecimiento económico. El 1% de la población acumula la mayor parte de la riqueza del planeta.

Lo único que muestra la película que da pie a cierta esperanza es el empoderamiento a nivel global de las mujeres. Los fascistas las llaman “feminazis” y “supremacistas”. No das crédito. ¿Qué ha pasado con las palabras en ese mundo? ¿Ya no significan nada? Recuerdas haber leído algo al respecto.

La película me parece mala por exagerada. Desde luego, no podrá haber una segunda parte. En cualquier caso, no creo posible que nuestro futuro siga ese camino. “Nosotros no seremos tan gilipollas”, concluyo mientras le doy al play de mis walkman para escuchar de nuevo el Just like heaven de The Cure.
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Mensaje por sonic buzzard Jue Nov 21 2019, 18:34

morley escribió:
SERGIO DE CASTRO SÁNCHEZ escribió:Hace unos pocos años tuve la oportunidad de ver, el día de su estreno, la magnífica Blade Runner. Y parece que en estos mediados de los años 80 en que vivimos el futuro preocupa —en concreto lo hace el año 2019— porque hoy he tenido la oportunidad de ver un nuevo estreno cinematográfico ambientado en esa fecha.

Mi primera decepción ha sido la de no ver coches voladores. De hecho, se muestra un mundo, en general, visualmente menos futurista que el retratado en la maravillosa obra dirigida por Ridley Scott. Las monumentales y reiteradas pantallas han sido sustituidas por otras de tamaño reducido que, siendo también autónomas, acompañan a la población en todos y cada uno de los momentos de sus vidas. Las imágenes han tomado un camino diferente en su propósito de inundar cada rincón de la existencia del ser humano.

En su vagabundear por las ciudades, los ojos de los y las pobladoras de este nuevo mundo futuro se muestran siempre fijos en sus pantallas mientras sus dedos las golpean y se arrastran por ellas repetitiva y compulsivamente. Cuando se reúnen en grupo, sus perpetuas miradas siguen esclavizadas por el tenue resplandor de los “móviles” —su sustancialidad se encuentra en la posibilidad de que les acompañen en todo momento— sobre sus rostros. Nadie se mira. Nadie se comunica con nadie más que para enseñarle algo de su propia pantalla. Sonríen. Se indignan. Sueltan improperios. Vuelven a dirigir sus miradas a sus pequeños artilugios, aprisionados entre las manos de unos cuerpos que conjugan desidia y tenacidad. Casi cualquier acto rutinario gira en torno a ellas, convertidas en una especie de apéndice —entre lo tecnológico y lo existencial— de sus cuerpos biológicos y de sus vidas. Al parecer, las personas se comunican a través de esas pantallas. A veces hasta se hablan —y se ven— a través de ellas. Se presiente todo un mundo de fascinante esclavitud agazapado tras sus rutilantes destellos.

No son pocos los que han sustituido lo que en los 80 consideramos real por ese otro mundo “global” y “digital” al que la población tiene acceso de manera instantánea desde cualquier lugar en el que se encuentren. “Internet” es, más bien, un no-lugar que se ha transformado en “el Lugar” de lo real.

Poco a poco, pude percatarme de que esas pantallas ocultaban un poder inimaginable en la actualidad. Unas pocas empresas controlan todo lo que allí sucede. Al parecer, los “gigantes tecnológicos” han optado por crear de cero un nuevo mundo en el que ejercer su poder, una vez que el mundo de la materia ya tenía dueños desde hacía mucho.

Pude enterarme de que todo lo que contribuye a la construcción de ese mundo y esa verdad son fundamentalmente vídeos, imágenes y textos cortos que —a pesar de que en términos actuales denominaríamos “falsos”— son compartidos por los usuarios en unas “redes sociales” que han ocupado el lugar del antiguo mundo de las relaciones sociales. Quien no forma parte de esas “redes” es tenido como alguien que ha renunciado —el participar de ellas es un hecho “natural”, el no hacerlo es producto de una decisión contranatura— a una parte importante del estar vivo; alguien cuya existencia es considerada disminuida, paralela al mundo de la verdad y de la vida. En cualquier caso, no queda claro en la película que realmente exista ese tipo de personas: no hay manera de saberlo con seguridad. Lo que ahora consideramos “real” ha pasado a ser una forma de realidad subyacente al verdadero mundo, al que llaman mundo “virtual”.

Las personalidades importantes llegan a tener millones de “seguidores” en las “redes sociales”. Hay quien se hace millonario simplemente acumulando followers en ellas. La gente de a pie puede acumular cientos de “amigos”. Lo social se ha vuelto etéreo e intangible —líquido puede que lleguen a pensar algunos— mientras la sociedad muere.

Todos y todas quieren entrar a formar parte de ese mundo de imágenes compartidas a través de sus pequeñas pantallas. Su existencia en esa nueva realidad cobra presencia a través de empresas (en realidad el plural casi estaría de más) que les permiten “colgar” sus propias imágenes en la “red” para que, literalmente, el mundo entero pueda observarles y, de este modo, dar fe de su existencia. Un reconocimiento en la mirada distraída de los demás que conjugan con el orgullo y defensa extrema de su supuesta individualidad y autonomía. “La sociedad no existe”, increpan algunos de ellos a través de la “redes sociales”.

Su ser material también se convierte en subyacente a la realidad “paralela” de sus cuerpos, meros instrumentos de su imagen “virtual”, devenida ya como Real. Si es necesario, se fotografían ante el horror si eso les permite tener más followers, si eso contribuye a abarcar un margen más amplio de la realidad compartida develada tras las pantallas. Algunos incluso fallecen tratando de encontrar esa imagen que, una vez desaparecidos materialmente, se vuelve “viral”. Valió la pena.

Conforme avanza la trama, uno se percata de que las empresas que controlan lo que sucede en ese nuevo mundo que ellas mismas han creado han obtenido su poder a través de la monitorización y recopilación tanto de todo lo que hace la población a través de los “móviles” como de sus movimientos por el mundo que ahora llamamos real. Cada instante de sus vidas es convertido por alguien en dinero mientras dotan a esas empresas de un conocimiento sobre cada individuo que no tienen ni ellos mismos. “Sabemos lo que vas a desear antes de que tú mismo lo sepas”, dice con orgullo esta nueva clase de empresarios clarividentes y todopoderosos. Resulta, encima, que todos los datos que recopilan son vendidos a empresas y gobiernos permitiéndoles controlar tanto los insaciables deseos consumistas de la población como sus ideas políticas. El liberalismo proclama, de nuevo, la libre empresa como fundamento ineludible de la libertad y la democracia.

Ese monopolio de lo “virtual” colabora —en ocasiones de manera abierta y en otras por inacción—con grupos políticos fascistas, algunos de los cuales han llegado al poder gracias a la manipulación y la mentira que ejercen impunemente a través de la “red”. Un presidente fascista con claros síntomas de desequilibrio mental ha ocupado la Casa Blanca. Otras potencias mundiales han corrido la misma suerte. Muchos otros países apenas consiguen resistir la embestida de unos energúmenos que la población ha asimilado como una opción política más; como su salvación, incluso. Los golpes de estado se suceden en América Latina.

El fascismo se ha vuelto el centro de la vida política de prácticamente el mundo entero. O lo que es lo mismo, de todo tipo de pantallas: telediarios, programas matutinos de televisión, periódicos “digitales”, “redes sociales”... Los gobiernos fascistas llegan a encerrar a niños y niñas que huyen de la pobreza en celdas fronterizas hasta que, algunos, mueren separados de sus madres y padres; en otros casos, niegan la ayuda a quienes acaban siendo encontrados inertes en las playas en donde los turistas apenas levantan la cabeza de sus “móviles” para observar los cuerpos hinchados que las mareas arrojan a unos pies que juegan y se entrelazan con la suave y cálida arena. La lista de atrocidades no tiene fin. Los fascistas inundan las pantallas para defender la libertad, la igualdad y la justicia. Aplausos.

Algunos alertan de la posibilidad del fin del mundo. O al menos del fin de la vida humana tal y como la conocemos. Las imágenes de una naturaleza devastada por la contaminación y la muerte se suceden. No son pocos los que se ven aterrorizados ante la posibilidad de la extinción y hacen uso de sus pequeñas pantallas para divulgar con frenesí el peligro en el que se encuentran. Los fascistas, sin embargo, niegan que las empresas que les subvencionan tengan alguna responsabilidad en una situación imaginaria producto de una psicosis creada por ciertos oscuros poderes no se sabe bien con qué finalidad. Algunos afirman que la tierra es plana.

Sí, como siempre, hay gente que no se conforma o que no puede aguantar más. Las imágenes de la policía y del ejército reprimiendo a la población se suceden a lo largo y ancho del planeta. Algunos piden democracia. Otros, simplemente, que se les dé la posibilidad de no morir de inanición. A todos y todas se les encarcela, se les golpea, se les tortura o se les asesina en nombre de la democracia y la libertad. Partidos “socialistas” participan de todo ello y mantienen o tratan de aprobar leyes que restrinjan aquellos derechos que a sus antecesores les costó sangre que fueran reconocidos. Los líderes —ahora también lideresas— mundiales se reúnen en lujosos hoteles y hablan de progreso y crecimiento económico. El 1% de la población acumula la mayor parte de la riqueza del planeta.

Lo único que muestra la película que da pie a cierta esperanza es el empoderamiento a nivel global de las mujeres. Los fascistas las llaman “feminazis” y “supremacistas”. No das crédito. ¿Qué ha pasado con las palabras en ese mundo? ¿Ya no significan nada? Recuerdas haber leído algo al respecto.

La película me parece mala por exagerada. Desde luego, no podrá haber una segunda parte. En cualquier caso, no creo posible que nuestro futuro siga ese camino. “Nosotros no seremos tan gilipollas”, concluyo mientras le doy al play de mis walkman para escuchar de nuevo el Just like heaven de The Cure.

Parece una letra de Gareth Liddiard.

Que asco da todo.
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Mensaje por wakam Miér Jul 08 2020, 07:57

Me acaba de llegar un email que dice que activé el "historial de ubicaciones" (en serio yo he hecho eso?) y aparece un mapa con todos los sitios donde he estado marcados. Los ha clavado todos.

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Indicios de la distopía a la que nos encaminamos.  - Página 2 Empty Re: Indicios de la distopía a la que nos encaminamos.

Mensaje por lacan Miér Mayo 26 2021, 18:08

el gobierno chino está probando un software con la minoría Uyghur (los que meten en campos de concentración) que detecta el estado de ánimo a través del reconocimiento facial, o sea puro 1984  Confused

https://www.bbc.com/news/technology-57101248
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Mensaje por Sutter Cane Miér Mayo 26 2021, 18:17

Un partido político ha pedido hoy que se vuelva a escuchar el himno nacional, al empezar el día, en todos los colegios de la región de Murcia.
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