El enigma de la sábana santa de Turín

+11
Shunt
Rayo
Txemari
helterstalker
guede
Supernaut
Joseba
morley
mugu
Ellis
Zeppo
15 participantes

Página 2 de 2. Precedente  1, 2

Ir abajo

El enigma de la sábana santa de Turín - Página 2 Empty Re: El enigma de la sábana santa de Turín

Mensaje por SIXX´N SEX Miér 3 Abr 2013 - 16:49

No entiendo. Lo de la sábana santa no es ningún enigma. Ya lo explico clarito J.J. Benítez en Caballo de Troya Rolling Eyes
SIXX´N SEX
SIXX´N SEX

Mensajes : 5864
Fecha de inscripción : 21/11/2009

Volver arriba Ir abajo

El enigma de la sábana santa de Turín - Página 2 Empty Re: El enigma de la sábana santa de Turín

Mensaje por Shunt Miér 3 Abr 2013 - 16:55

Pickles the cat escribió:
red_mosquito escribió:
Pickles the cat escribió:
helterstalker escribió:
Pickles the cat escribió:
Joseba escribió:
led zepp escribió:Entonces nadie sabe explicar el fenómeno?.. Smile
Parece ser que en St. Emillion (cerca de Burdeos) hay una réplica o algo así como su "negativo"... no sabría como explicarlo.... está cerca de la frontera con España. Yo estuve y es curioso.

Y en Oviedo otra Laughing

A todo esto, las técnicas que llevarían a la fotografía ya se conocían en la edad media. Otra cosa es que no estuviesen perfeccionadas

Blanco y en botella. O eso o que hubo al menos 3 Jesucristos. Laughing

Lo de Oviedo no es otra sábana santa, en teoría es el sudario, el pañolón con el que, de aquella época, y según costumbre judía, se vendaba la cabeza del difunto ya envuelta, a su vez en la sábana o palio mortuorio...lo curioso del caso es que, según los estudios realizados, ambas cosas(sábana y sudario) rodearon la testa de la misma persona, sea quien fuera ésta.

El primer estudioso sobre el paño fue Giulio Ricci (miembro de la curia vaticana y Presidente del "Centro Romano di Sindonología"). Un estudio de 1999 por Mark Guscin,2 miembro del equipo de investigación polifacética del Centro Español de Sindología, investigó la relación entre el sudario de Oviedo y la Sábana santa de Turín. Basándose en la historia, patología forense, composición sanguínea (de tipo AB, como la de la Sábana), y patrones de las manchas, concluyó que ambas prendas cubrieron la misma cabeza en dos momentos distintos, pero próximos entre sí. Avinoam Danin (ver abajo) asintió con este análisis, añadiendo que los granos de polen del pañolón coinciden con los de la Sábana.
La cruz de los ángeles en primer término, detrás se puede ver el santo sudario, el cuál está metido en un relicario de cristal.

Los criticos sostienen que el argumento es espurio. Puesto que manchas de sangre en el Sudario de Turin no han podido ser confirmadas, las del pañolón son irrelevantes. El argumento sobre el polen está también muy debilitado por el descrédito del trabajo de Danin sobre la sábana, ya que trabajó con muestras contaminadas. El polen de Jerusalén podría haber llegado al sudario por muy diversas vías y, en todo caso, sólo indicaría la procedencia de la tela, no su fecha de creación.3 Además, el sudario de Turín presenta está tejido con un patrón de espiga, mientras que el paño de Oviedo tienen una urdimbre de tafetán

cyclops

Anda que a lo largo de los siglos no se han vendido reliquias falsas, cristianas o de cualquier otro tipo. Y todo el mundo happy que así se crean los centros de peregrinación.

Mi favorita, los huesos de Santa Rosalía.

En 1624 la peste azotó Palermo, causando miles de muertes. Los agobiados habitantes de la ciudad siciliana encontraron un rayo de esperanza cuando se escucharon rumores de que un cazador había recibido en sueños la visita de una misteriosa mujer que había vivido en la zona casi 500 años atrás. Rosalía de Palermo, supuesta descendiente de Carlomagno establecida en Palermo a mediados del siglo XII, decidió a temprana edad retirarse al monte Pellegrino de Sicilia para dedicarse a la adoración de Dios y morir en la soledad. Nadie supo de ella hasta que el cazador afirmó en 1624 haber recibido instrucciones precisas para buscar los restos de Rosalía en una cueva y llevarlos a Palermo. De hacerlo así, la peste cedería gracias a la interseción de la mujer ante Dios.

Según cuenta la tradición, el cazador en efecto halló los restos de Rosalía, los cuales fueron exhibidos en el pueblo. Sin embargo, no fue hasta que se organizaron procesiones con aquellos vetustos huesos que, milagrosamente, la plaga terminó. Los habitantes de la ciudad regresaron a la vida normal, no sin antes construir un santuario en Pellegrino para resguardar las reliquias de la prodigiosa mujer. Hoy en día, Santa Rosalía de Palermo es venerada en todo el mundo católico y es invocada principalmente para la curación de enfermedades infecciosas.

Ya en el siglo XX, el nombre de Santa Rosalía entró al lexicón de la ecología y la biología evolutiva cuando G. E. Hutchinson publicó en 1959 su famoso ensayo titulado “Homenaje a Santa Rosalía o ¿Por qué hay tantas especies de animales?” En él, Hutchinson propuso la existencia de una serie de mecanismos que permitían la convivencia de especies similares en el mismo ambiente, desencadenando así la evolución de numerosos tipos de animales. En el ensayo, Hutchinson explica que la observación de dos especies de insectos en una poza cercana al santuario de Santa Rosalía lo inspiró para plantear su hipótesis, y propuso que Rosalía de Palermo fuese la santa patrona de los estudios ecológicos y evolutivos.

En los años 1980s, las ideas de Hutchinson sobre los mecanismos de coexistencia de las especies fueron sujeto de un escrutinio pocas veces visto. En uno de los artículos publicados para refutar a Hutchinson, los autores Daniel Simberloff y William Boecklen incluyeron una referencia al descubrimiento en el siglo XIX de que las supuestas reliquias de Santa Rosalía no podían haber pertenecido a ella porque en realidad eran ¡huesos de cabra! Un reportaje publicado en la revista Science en 1984 en el que se reseña la controversia entre la escuela de Hutchinson y la de Simberloff lleva el inusual título de “Santa Rosalía era una cabra”. Por supuesto, la propuesta de adoptar a Santa Rosalía como santa patrona del oficio no ha encontrado eco entre los ecólogos y los biólogos evolucionistas.

William Buckland (1784 - 1856)

La historia de la cabra y Santa Rosalía es narrada en un libro de 1894 en el que se recopilan las cartas de William Buckland, un pastor protestante y renombrado naturalista inglés de la primera mitad del siglo XIX. Buckland es recordado por haber escrito la primera descripción completa de un dinosaurio y por sus meticulosos estudios geológicos y paleontológicos. En 1826, Buckland y su esposa se encontraban en Palermo a la mitad de su viaje de bodas. Como todos los visitantes, los Buckland acudieron al santuario de Santa Rosalía, en donde los huesos de la santa se exhibían detrás de una reja. Bastó una simple mirada del avezado naturalista para darse cuenta de la verdad: Aquellas supuestas reliquias de Rosalía no eran restos humanos sino huesos de cabra. Se dice que los sacerdotes encargados del santuario intentaron descalificar las afirmaciones de Buckland, quien a final de cuentas no era católico. De todas maneras, desde entonces las reliquias de Santa Rosalía permanecen en un cofre, escondidas de la vista de los visitantes. Eso no obsta, sin embargo, para que cada 15 de julio se realice una procesión en la que miles de devotos recuerdan los eventos de 1624 y ruegan a Santa Rosalía protección contra las enfermedades.

El asunto de Santa Rosalía no fue el primer episodio, ni el último, en el que el Reverendo Buckland antepuso la evidencia empírica a las creencias religiosas. En 1820, el naturalista publicó un libro sobre los métodos y alcances de la geología y sobre cómo esta naciente ciencia podía ayudar a demostrar los episodios bíblicos, como por ejemplo el diluvio universal narrado en el libro del Génesis. Por aquella época se encontraron en la cueva de Kirkdale, en Yorkshire, numerosos restos óseos que fueron identificados como pertenecientes a animales no existentes en Inglaterra, como hienas, elefantes, hipopótamos, rinocerontes y ciervos gigantescos. Para muchos, este hallazgo era una prueba de que el diluvio bíblico había llevado los restos de esos animales hasta Inglaterra desde sus hábitats naturales en los trópicos.

Como buen pirado por el doom, la idea de venerar una osamenta de cabra me pone palote. :Iroks:

Buckland era un hombre brillante, al que debemos, como se comenta, la primera descripción de un dinosaurio (aunque todavía no, con ese calificativo), Megalosaurus; y estaba absolutamente libre de prejuicios... comida incluida. Lástima que estuviera como una regadera y acabara en el manicomio. Sad
Shunt
Shunt

Mensajes : 6655
Fecha de inscripción : 06/11/2011

Volver arriba Ir abajo

El enigma de la sábana santa de Turín - Página 2 Empty Re: El enigma de la sábana santa de Turín

Mensaje por Zeppo Miér 3 Abr 2013 - 19:36

SIXX´N SEX escribió:No entiendo. Lo de la sábana santa no es ningún enigma. Ya lo explico clarito J.J. Benítez en Caballo de Troya Rolling Eyes

Exacto leí los nueve libros,en las tres primeras partes queda claro..
Zeppo
Zeppo

Mensajes : 99470
Fecha de inscripción : 02/04/2011

Volver arriba Ir abajo

Página 2 de 2. Precedente  1, 2

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.