RONDA 7.42 DEL DECIMONÓNICO CONCURSO DE MEADOS. ¡LA QUE MÁS LEJOS HA MEADO ES RHONDA!

Autista escribió:El cinefonógrafo escolar.

Autista escribió:17.- Monet, o el inesperado sabor de las nubes mal pintadas

Lleva uno asistiendo, desde iniciado el siglo, a un curioso fenómeno: la presencia no deseada, en diversos salones y galerías afectos a la pintura europea, de una panoplia de lienzos y sujetos otrora tan ajenos como improbables. La presencia de esas infrapinturas que atienden por impresionismo, puntillismo, prerrafaelismo y no sé cuántas necedades más. Devaneos diversos, pinturas de pueblos bárbaros, insinuaciones de sicalipsis y barbarie en la pseudo-pincelada orgiástica de un Manet, un Renoir. Hotentotes cuya mayor relación con el color, la belleza y la proporción áurea son los manteles de una merienda de negros del África. La última charlotada de Monet (Rouenmami) ejemplifica bien estas astracanadas, este afán de pervertir la pintura, gansadas, paparruchas: Monet nunca será Rafael, ni siquiera Donatello ni ninguna otra tortuga. Los jóvenes impresionistas ignoran el verdadero arte. Eso lo hace mi hijo con una brocha y un barreño. ¡Ave María Purísima, ya vale!

Rhonda escribió:Bon dia.
¿Dónde está mi ballenobus?

borogis escribió:Hola, he llegado aquí por Rosalía. No tengo tiempo para participar aunque me parece un a ronda con una temática muy chula...

Os dejo uno fuera de concurso con el que participé hace años una vez en un concurso de un foro de rock

Verne y los hermanos Aguirreche: un microdocumental sobre lo inaudito

Una delgada línea separa realidad y ficción, y es ahí donde ocurre lo extraordinario.

Julio Verne veraneaba en Biarritz cuando trabó amistad con los hermanos Aguirreche, acaudalados industriales vascos apasionados por los ingenios mecánicos, y cuya maravillosa aventura se gestó en una sidrería guipuzcoana, con Verne presente.

El consumo excesivo de sidra, unido a la proverbial audacia vasca, acabó en una ardorosa apuesta: cuatrocientas hectáreas a que podían fabricar un cañón capaz de alcanzar la luna. Ellos mismos viajarían en el proyectil para mayor gloria del pueblo vasco.

Construyeron cañón y proyectil en sus fábricas, según planos de minucioso diseño. El día del despegue fue todo un acontecimiento en su Bergara natal: el proyectil fue disparado con éxito perdiéndose de vista en el cielo gris.

Julio Verne publicó De la Tierra a la Luna en 1865 ubicando la historia en Florida; los Aguirreche nunca regresaron a cobrar la apuesta.

borogis escribió:Hola, he llegado aquí por Rosalía. No tengo tiempo para participar aunque me parece un a ronda con una temática muy chula...

Os dejo uno fuera de concurso con el que participé hace años una vez en un concurso de un foro de rock

Verne y los hermanos Aguirreche: un microdocumental sobre lo inaudito

Una delgada línea separa realidad y ficción, y es ahí donde ocurre lo extraordinario.

Julio Verne veraneaba en Biarritz cuando trabó amistad con los hermanos Aguirreche, acaudalados industriales vascos apasionados por los ingenios mecánicos, y cuya maravillosa aventura se gestó en una sidrería guipuzcoana, con Verne presente.

El consumo excesivo de sidra, unido a la proverbial audacia vasca, acabó en una ardorosa apuesta: cuatrocientas hectáreas a que podían fabricar un cañón capaz de alcanzar la luna. Ellos mismos viajarían en el proyectil para mayor gloria del pueblo vasco.

Construyeron cañón y proyectil en sus fábricas, según planos de minucioso diseño. El día del despegue fue todo un acontecimiento en su Bergara natal: el proyectil fue disparado con éxito perdiéndose de vista en el cielo gris.

Julio Verne publicó De la Tierra a la Luna en 1865 ubicando la historia en Florida; los Aguirreche nunca regresaron a cobrar la apuesta.

borogis escribió:Hola, he llegado aquí por Rosalía. No tengo tiempo para participar aunque me parece un a ronda con una temática muy chula...

Os dejo uno fuera de concurso con el que participé hace años una vez en un concurso de un foro de rock

Verne y los hermanos Aguirreche: un microdocumental sobre lo inaudito

Una delgada línea separa realidad y ficción, y es ahí donde ocurre lo extraordinario.

Julio Verne veraneaba en Biarritz cuando trabó amistad con los hermanos Aguirreche, acaudalados industriales vascos apasionados por los ingenios mecánicos, y cuya maravillosa aventura se gestó en una sidrería guipuzcoana, con Verne presente.

El consumo excesivo de sidra, unido a la proverbial audacia vasca, acabó en una ardorosa apuesta: cuatrocientas hectáreas a que podían fabricar un cañón capaz de alcanzar la luna. Ellos mismos viajarían en el proyectil para mayor gloria del pueblo vasco.

Construyeron cañón y proyectil en sus fábricas, según planos de minucioso diseño. El día del despegue fue todo un acontecimiento en su Bergara natal: el proyectil fue disparado con éxito perdiéndose de vista en el cielo gris.

Julio Verne publicó De la Tierra a la Luna en 1865 ubicando la historia en Florida; los Aguirreche nunca regresaron a cobrar la apuesta.

Autista escribió:

borogis escribió:Hola, he llegado aquí por Rosalía. No tengo tiempo para participar aunque me parece un a ronda con una temática muy chula...

Os dejo uno fuera de concurso con el que participé hace años una vez en un concurso de un foro de rock

Verne y los hermanos Aguirreche: un microdocumental sobre lo inaudito

Una delgada línea separa realidad y ficción, y es ahí donde ocurre lo extraordinario.

Julio Verne veraneaba en Biarritz cuando trabó amistad con los hermanos Aguirreche, acaudalados industriales vascos apasionados por los ingenios mecánicos, y cuya maravillosa aventura se gestó en una sidrería guipuzcoana, con Verne presente.

El consumo excesivo de sidra, unido a la proverbial audacia vasca, acabó en una ardorosa apuesta: cuatrocientas hectáreas a que podían fabricar un cañón capaz de alcanzar la luna. Ellos mismos viajarían en el proyectil para mayor gloria del pueblo vasco.

Construyeron cañón y proyectil en sus fábricas, según planos de minucioso diseño. El día del despegue fue todo un acontecimiento en su Bergara natal: el proyectil fue disparado con éxito perdiéndose de vista en el cielo gris.

Julio Verne publicó De la Tierra a la Luna en 1865 ubicando la historia en Florida; los Aguirreche nunca regresaron a cobrar la apuesta.

Habérmelo mandado, melón.

borogis escribió:

Autista escribió:

borogis escribió:Hola, he llegado aquí por Rosalía. No tengo tiempo para participar aunque me parece un a ronda con una temática muy chula...

Os dejo uno fuera de concurso con el que participé hace años una vez en un concurso de un foro de rock

Verne y los hermanos Aguirreche: un microdocumental sobre lo inaudito

Una delgada línea separa realidad y ficción, y es ahí donde ocurre lo extraordinario.

Julio Verne veraneaba en Biarritz cuando trabó amistad con los hermanos Aguirreche, acaudalados industriales vascos apasionados por los ingenios mecánicos, y cuya maravillosa aventura se gestó en una sidrería guipuzcoana, con Verne presente.

El consumo excesivo de sidra, unido a la proverbial audacia vasca, acabó en una ardorosa apuesta: cuatrocientas hectáreas a que podían fabricar un cañón capaz de alcanzar la luna. Ellos mismos viajarían en el proyectil para mayor gloria del pueblo vasco.

Construyeron cañón y proyectil en sus fábricas, según planos de minucioso diseño. El día del despegue fue todo un acontecimiento en su Bergara natal: el proyectil fue disparado con éxito perdiéndose de vista en el cielo gris.

Julio Verne publicó De la Tierra a la Luna en 1865 ubicando la historia en Florida; los Aguirreche nunca regresaron a cobrar la apuesta.

Habérmelo mandado, melón.

No te creas que no lo pensé, hay mucha gente nueva desde entonces (calculo que será de la primera edición) pero me parecía demasiada jeta participar con un relato repetido...

Autista escribió:20.- Clase de historia

Cuando a Napoleón le robaron la cartera en Waterloo nunca imaginó que fuera a vender millones un siglo después. O eso me han contado.

Autista escribió:19.- Tormenta

Aparécese en mis sueños, caro Alonso, el rostro de un hombre que recorre las calles y plazas, oculto tras la ventana de su carruaje, observando con atencion á la gente de nuestra maltrecha España. Luégo se dirige á su buhardilla secreta, desde la que traza oscuros planes dignos de un Maquiavelo de nuestro siglo, y mueve los hilos invisibles del poder, para atraer la ruina sobre nuestra nacion.

Negras, querido amigo, son las nubes que se ciernen sobre nosotros. Pero, en vez del despuntar de un nuevo dia, atisbo en el horizonte el furioso relámpago que anuncia la tormenta. Una tormenta que, más pronto que tarde, se nos vendrá encima y arrasará todos nuestros anhelos de justicia y progreso. Usted y yo, por fortuna, no lo veremos.

Autista escribió:17.- Monet, o el inesperado sabor de las nubes mal pintadas

Lleva uno asistiendo, desde iniciado el siglo, a un curioso fenómeno: la presencia no deseada, en diversos salones y galerías afectos a la pintura europea, de una panoplia de lienzos y sujetos otrora tan ajenos como improbables. La presencia de esas infrapinturas que atienden por impresionismo, puntillismo, prerrafaelismo y no sé cuántas necedades más. Devaneos diversos, pinturas de pueblos bárbaros, insinuaciones de sicalipsis y barbarie en la pseudo-pincelada orgiástica de un Manet, un Renoir. Hotentotes cuya mayor relación con el color, la belleza y la proporción áurea son los manteles de una merienda de negros del África. La última charlotada de Monet (Rouenmami) ejemplifica bien estas astracanadas, este afán de pervertir la pintura, gansadas, paparruchas: Monet nunca será Rafael, ni siquiera Donatello ni ninguna otra tortuga. Los jóvenes impresionistas ignoran el verdadero arte. Eso lo hace mi hijo con una brocha y un barreño. ¡Ave María Purísima, ya vale!

Autista escribió:16.- Regalo de Navidad

En la habitación reina el desorden, pinceles y lienzos están por el suelo.
Con las manos manchadas de pintura, olfatea el aguarrás y flirtea con la absenta.  Frente al espejo actúa sin vacilación y el rojo viscoso que resbala por su cuello, se mezcla con el carmesí de la paleta. Después, la envuelve cuidadosamente en papel de periódico y sale con el obsequio de la casa amarilla.
Hay quien asegura que todavía hoy, el grito de Gabrielle resuena en la noche estrellada de Arlés.

Autista escribió:15.- Una noche no tan oscura

—La suciedad llena de hedor Londres. Estas sucias ratas deben ser purgadas. Es un trabajo de limpieza y nadie se acerca a mis pasos. Hoy volveré a salir. La sangre de estas vulgares putas volverá a lavar Londres…

La sombra del cazador de Whitechapel recorre Londres acechando y de repente ve a una prostituta al final de un corredor. Como halcón que se lanza sobre ratón se abalanza…

—Qué demonios? Quién eres tú?

—Soy Arthur Conan Doyle y te hemos pillado! AQUÍ!

Scotland Yard se abalanza sobre el cazador cazado.

—Aquí termina tu leyenda, Jack. El creador de leyendas soy yo y Sherlock Holmes es una auténtica leyenda, escoria.

Autista escribió:14.- Juancarlistadas

El Rey Padre volvió a su país. Acuciado por los escándalos y los achaques, había abdicado en su hijo y se había exiliado para salvar la monarquía. Pero el Rey Hijo también estaba cuestionado. El Rey Padre regresó con actitud beligerante. Armó un ejército apoyado en la derecha reaccionaria, para derrocar a su hijo y hacer reina a su primogénita, la infanta Lelena. El Rey Hijo lideró la resistencia contra los totalitarios. Consiguió vencer a su padre y su hermana y salvar la democracia. Decidió abolir la monarquía para evitar tentaciones absolutistas. Se postuló como candidato a presidente de la república por sufragio universal y arrasó en las elecciones. Mantuvo el mandato durante décadas y le sucedió su hija. Pero en realidad todo era un plan del Rey Padre para mantener a su dinastía en el poder. Cambiar todo para que nada cambie.

Parece una historia del siglo XIX, ¿verdad?

Autista escribió:13.- «En l’an 2000»

Los jinetes submarinos. El ballenobús. El cinefonógrafo escolar. Los cazadores de microbios. Y, por supuesto, los magníficos bomberos alados.

Sin saber por qué le vinieron a la mente esas ilustraciones de 1899 que había visto en clase de Historia, justo mientras colocaba mecánicamente una docena de uvas en cada bandeja. Siguiendo la lógica del autor, los invitados a la cena de nochevieja tendrían que llegar dentro de poco en sus cubículos alados, y sería algún híbrido humano-animal quien los llevaría de vuelta a casa en su caparazón, en lugar de un agotado taxista.

Irónicamente, estos divertimentos sobre el futuro y la imaginación humana fueron una de sus últimas ocasiones de sonreír despreocupada.

Horas después, empezaron a fallar los registros electrónicos de las tiendas. Luego, los dispositivos de señalización digital. Luego, las torres de control de los aeropuertos…

Autista escribió:12.- Un imprevisto llegando a Topeka

La diligencia había tomado un rumbo errático, sabíamos que algo no iba bien. Jonah asomó por la ventanilla y nos alertó de que el cochero yacía sobre el pescante. No tuvo tiempo de desenfundar el revólver, una flecha atravesó su garganta; borboteó sangre espesa sobre la cabina antes de caer como un fardo sobre mi falda. Distinguí entonces al menos una docena de Sioux cabalgando en paralelo a nosotros. «Por los clavos de Cristo, esos bastardos nunca se atrevieron a acercarse tanto a Topeka» —afirmó el comandante Hill mientras amartillaba su Winchester—. Los disparos del viejo apenas se acercaban al blanco mientras un joven indio saltaba de su caballo pinto y lograba frenar nuestra caballería; estábamos condenados. Nos ordenaron salir. Contemplé horrorizada como escalpaban al comandante y a su imberbe secretario mientras lo celebraban con aquel inhumano grito de guerra que tan familiar me resultaba. Finalmente, me habían encontrado.

Autista escribió:11.- Siglo XIX acdc.

Noto a la gente alterada, como si algo trascendente fuese a cambiar sus vidas. Quizá sea eso que dicen últimamente, que ha empezado un nuevo siglo y que será fascinante, que el mundo cambiará mucho y muy deprisa. Yo he trabajado tranquilamente en el zoo los últimos veinticinco años del siglo pasado, y los tres que van de este no me hacían presagiar grandes cambios. Hasta que ayer fui contratada por Thomas para ayudarle con un experimento científico. Conociendo su extravagancia, me imagino balanceándome sobre la tela de una araña. Y si le sale bien, quizá vengan más colegas y podré hacer amigos de forma continua, y no alterna como hasta ahora. Me dice el flipao del Edison que seré famosa. No me fío, no parece tener muchas luces. También creo que lo del nuevo siglo no será para tanto, me da en la trompa que será un siglo corriente.

Autista escribió:10.- HHH / HPL

Son tiempos de cambio en Chicago. Los obreros que deben montar la exposición de 1893 están sublevados, demandan la jornada de ocho horas. Los turistas visitan el primer rascacielos, el Home Insurance Building, de nada menos que diez pisos. Desapercibido para todos, H.H. Holmes disfruta de su laberinto. Él es el minotauro, el ojo tras las mirillas, el dios de ese intrincado edificio. Ha dotado de canalizaciones a algunas habitaciones para poder gasear al huésped. Otras veces, en cambio, prefiere el asesinato manual. A menudo, baja los cadáveres por el montacargas; si prefiere divertirse, elige los toboganes. No pocas veces tortura a las víctimas en el calabozo insonorizado que diseñó en el sótano. Disfruta sabiéndose el arquitecto macabro de este patio de juegos.
(…)
Son tiempos de cambio en Providence. En una buhardilla oscura, está naciendo H.P. Lovecraft. Su rostro ovoide es el del profeta.
(…)
1890. Los dioses oscuros sonríen.

Autista escribió:09.- Teleanimales

Una caña pensante, un lobo para el hombre, la medida de todas las cosas, el resultado de la historia económica… eso decían, pero nuestra verdadera esencia es visual.
Desde arte rupestre a películas 3D, siempre imágenes. Soñamos imágenes, anhelamos visualizar qué habrá después de la muerte. La propia palabra “imagin-ar” muestra su importancia.
Herederos del imperio romano, dicen, de la filosofía griega o la matemática egipcia. Marcados por Buda, Mahoma o Jesucristo. Pero el mayor hito es mucho más cercano.
1884, el disco de Nipkow, la primera televisión mecánica, aparece apenas hace siglo y medio, y ya vivimos rodeados de pantallas, preocupados de ver y exhibir qué comemos, dónde viajamos o nuestro corte de pelo. Las ventanas que ponemos a nuestra realidad.
Nuestros ancestros soñaban con nuevos mundos mirando a la estrellas. Ahora sabemos que nos bastará vernos en paraísos interestelares a través de una pantalla, aunque sea un montaje.

Autista escribió:08.- La caída de la comuna de París

El profesor es el último que queda en pie en la barricada de la Rue Ramponeau. Enarbola la bandera roja de la comuna de París. El barrio de Belleville esta pavimentado con cadáveres de cientos de parisinos masacrados por los soldados de Versalles durante toda la semana, y decenas de trabajadores muertos yacen apilados, desangrados, despojados una vez más de sus herramientas y sus vidas por las élites y devorados, una vez más, por las ratas. El profesor contempla con el corazón encogido las enormes columnas de humo que se alzan desde todos los distritos, enhiestas serpientes de muerte. Sólo espera que Josephine y los niños hayan conseguido escapar de la ciudad tras la caída de Montmartre. Que así perviva en ellos el recuerdo de que París fue libre durante unos días. Morirá sin saber la verdad. Que Josephine y los críos serán ajusticiados. Que, siglos después, la derrota continúa.

Autista escribió:07.- Vapor y velocidad

Joana salió corriendo de la masía entre los gritos de su madre y el aleteo desenfrenado de las gallinas. Continuó trotando cuesta abajo, levantándose la falda, evitando el huerto de l‘avi y el establo en que su padre daba forraje a la vaca. Sabía que le esperaba una paliza a su regreso. Pero le daba igual. Valía la pena.

Joana corrió y corrió. Pasó por las masías vecinas. Entró al pueblo. Cruzó las calles. Llegó a la estación, atestada de gente. Con su minúsculo cuerpo logró atravesar el gentío y alcanzar el andén. Y allí la vio. Una máquina inmensa, humeante y majestuosa. El sonido era espantoso, pero Joana no se tapó los oídos. El primer tren había llegado. Joana pensó que estaba viendo el futuro. Y que en nada ya no tendría que preocuparse por gallinas, vacas o huertos. Que para ella ya sólo habría vapor y velocidad.

Autista escribió:06.- Cigarras y hormigas

Corría 1898 cuando marineros ingleses que trabajaban en los puertos vizcaínos se aliaron con aficionados vascos y fundaron el Athletic Club.

A rebufo, siempre a rebufo, los catalanes del FC Barcelona tardarían un año en hacer lo propio.

No fue hasta 1908, diez años después, que se fundó Real Betis Balompié. Es de suponer que todo ese tiempo estuvieron echando la siesta.

Autista escribió:05.- Inicio de información

—La gente ya no quiere bourbon, ni partidas de cartas, ni furcias. ¡Ahora piden algo que no les interesa! ¡Piden información!
—No lo veo descabellado, cada vez son más conscientes de que están siendo engañados y manipulados.
—Pero no nos interesa.
—Claro que nos interesa. Ahora le daremos la información de tal manera que pensaran que ellos están tomando sus propias decisiones, pero lo haremos, nosotros. Seguiremos manipulando, pero sutilmente.
—Gran idea, Henry.
—Además les haremos pensar que son partícipes, podemos ponerle al periódico el nombre de la ciudad, algo así como "The New York Times".
—Me gusta el concepto.
—Me alegro. Creo que esto tendrá futuro. Creo que dentro de 200 años se seguirá haciendo, pero mejorado. Querrán información, pero para asimilarla también querrán el bourbon.

Autista escribió:04.- Medicina romántica

Mientras el atribulado lechuguino (nada bizarro y con los pantalones plagados de cascarrias) desgranaba sus dolencias, el galeno sopesaba el abultamiento en la zona frontal, tan prominente como revelador del temperamento lascivo. La escrófula y la palidez cerúlea sugerían tisis. Le habían tratado con sanguijuelas, vejigas de cabra, y también con cantáridas, pues quedó débil y resentido de la orina. La piel aparecía desescamada en el dorso de las manos, cubiertas de costras grisáceas. Decenas de venillas coloreaban las narices. El diagnóstico, prístino. Sífilis, quizás por el pecado nefando.  

—Una flebotomía a la semana. Y el mercurio, en friegas, y en enemas, le limpiará el organismo. Jugo de carne de vaca hervida, tres veces al día, y comerá sólo huevos pasados por agua. Nada de mujeres…
—Doctor, sólo he tratado con mi mujer, y está muerta.
—Eso cuénteselo a Salakov, y a Zzzz, sifilítico de mierda.

Autista escribió:03.- Mira quién habla

—¿Diga?
—Sr. Watson, venga. Quiero verlo.
—Disculpe, se ha equivocado de número.
—Imposible, acabo de inventar el teléfono. ¿Quién habla?
—Antonio Meucci, el verdadero inventor del teletrófono.
—Acabáramos. Ha debido haber un cruce de líneas.
—Será eso.
—Perdone, ¿ha dicho que se llama Meucci y que ha inventado el teletrófono?
—Así es.
—Qué ridículo.
—¿Qué es ridículo, mi apellido o el nombre del aparato?
—Ambos.
—Habló Alejandro Grajo Campana, ladrón y embustero.
—¡Oiga! A mí no me hable así.
—Le hablo así porque puedo, gracias a mi invento.
—Mi invento, querrá decir.
—¡Nos vemos en los tribunales!
—¡Adelante! Y no se olvide de traer mi pedido: quiero una pizza mitad cuatro quesos, mitad hawaiana.  
—Me va a pedir por teletrófono una pizza para que se la lleve, eso sí que es ridículo. ¿Qué lleva la hawaiana?
—Jamón y piña.
—¡Cielos! ¡Tendré que denunciar también a quien haya inventado semejante disparate!

Autista escribió:02.- Stoneleigh 1882

La luz del atardecer impregna el cuerpo mutilado y la hace levitar sobre el manto rojo que de sus entrañas mana. El susurro del agua que fluye río abajo es lo único que escucha. El sauce y los juncos callan, ni el canto de un herrerillo asoma. Impasible, contempla orgulloso su ópera prima. En su cabeza, se repiten como una letanía los gritos de súplica y terror. Tiene quince años, su mano izquierda exprime con fuerza un riñón que aún rezuma sangre.
Anochece y su madre le espera, está famélico. Antes de partir, vuelve a mirar el cadáver e inmortaliza su sufrimiento. Aquel tramo del río Hogsmill solo lo frecuentan cazadores, tardarán unos días en encontrarla. Ya en el camino de vuelta, Jack, contempla con voraz avidez la luz que Londres irradia y, contento, tararea una vieja canción popular.

Autista escribió:01.- Nasciturus

Cuatro quinqués alumbran la habitación donde desnuda, sobre la cama, yace Elizabeth. Tiene las piernas dobladas, abiertas para ofrecer su sexo a la comadrona. Gime de dolor, la cara congestionada, amoratados los labios, las manos lívidas de estrujar la sábana mientras empuja y empuja. Nada que no sea de esperar en un parto. Pero de pronto, como si fuera obra de uno de esos tramoyistas de los teatros donde actúa Elizabeth, ahora un tramoyista demente y taumaturgo, empieza a ulular con fuerza el viento, golpea en puertas y ventanas, se cuela por las rendijas de la casa, y un sonido extraño y cercano sobresalta a la comadrona, que aproxima su oído al terso vientre de la madre. Y allí está. Es como el graznido de un cuervo dentro de una cripta, y su eco va creciendo, aproximándose, aproximándose… Al niño lo llamarán Edgar, el apellido del padre es Poe.